Manuel Fraga Iribarne le dijo a Felipe González, que era un político con futuro y que solamente le faltaba ser de su partido. Ya lo era. Y ahora el señor equis, uno de los presidentes con más casos de corrupción y escándalos de guerra sucia,  con todas las puertas giratorias giradas y vueltas a girar, saca la nariz para encabezar el comando camuflado del PPVox contra la posibilidad de un gobierno moderadamente socialdemócrata.  Son los infiltrados de la derecha española más dura en las filas de la plataforma manipulada por Iván Redondo que pone la cara Pedro Sánchez. Estamos en mínimos, así que nos conformamos con el populismo que asegura que de lo malo lo mejor. La alternativa es la destrucción y la oscuridad. Vamos hacia esas situaciones irreversibles o estamos en una situación provisional peor que se encamina hacia el abismo. Escuchar la palabra comunista lanzada como un insulto, pone en alerta, más al saber que el monumento de Dolores Ibarruri, Pasionaria, ha sido destruido en un pueblo madrileño. Venganza franquista organizada.  Porque venganza clasista, racista, a modo de cruzada salvaje es lo que está sucediendo en Bolivia, donde crecen los manifestantes muertos baleados por las fuerzas golpistas, en la que Evo Morales aparece en diferentes medios de comunicación internacional narrando las traiciones sufridas y pidiendo la paz y la restitución democrática, frente a unos desaforados señoritos blancos que le llaman demonio. En Chile, hay una luz con un acuerdo mínimo para abrir un periodo constituyente y abolir la constitución vigente pinochetista. Se pide que no sea redactada en un círculo político partidista cerrado, sino que participe toda la ciudadanía, con plebiscitos y votaciones obligatorias. Esperamos acontecimientos no vengativos.