Amparo Lasheras
Periodista
AZKEN PUNTUA

Oasis, una mentira en technicolor

El pasado 2 de noviembre cuestionaba en esta columna la existencia del «oasis vasco» del que tanto habla el Gobierno de Lakua. Lo hice desde una mirada personal sobre lo que veo todos los días cuando salgo de casa. Me refiero a la pobreza extrema de los o «las invisibles», como les define en su película el director francés Louis-Julien Petit, y que conforman ese colectivo de hombres y mujeres, excluido de la sociedad y, al parecer, también borrado de las estadísticas institucionales. Hoy, aunque me repita en el tema, la tristeza y la indignación social de mi crítica no es algo subjetivo, viene avalada por los datos del informe Foessa Euskadi 2019, elaborado por Cáritas. En él se constata que en la CAV existen 334.000 personas en situación de exclusión (el 15,2%) y 90.000 que apenas sobreviven en lo que el informe denomina «sociedad expulsada», un término terrible que con solo pronunciarlo ya describe el crimen que supone en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa la desigualdad, es decir, la «gran divergencia» que anunció el economista Paul Krugman.

En los años 50 del siglo XX, el cine de Hollywood se encargó de vender al mundo la mentirosa idea del «sueño americano»; una especie de felicidad social en technicolor, sin pobreza, sin crisis, con oportunidades, trabajo y mucho futuro. Más o menos como el «oasis vasco» que ahora vende Lakua, el PNV, Confebask, EITB...