Raimundo Fitero
DE REOJO

Sin consuelo

Por mucho que renazca y crezca el fascismo, el neofascismo, el fascismo posmoderno o la histeria neoliberal por todos los rincones de Europa, no hay consuelo ni para tontos ni para listos, ni para agregados, porque es bastante terrible confirmar que estamos ante un momento histórico donde no caben cordones sino acciones frontales para frenar ese auge que nos va a llevar a lugares impropios. En los actos de cada día, en cada declaración, en cada ocasión que tienen, la mesnada de la banda de Casado demuestra que se encuentra muy cercana a las tesis del pistolero de Amurrio y sus compañeros de camada. Se trata de una simbiosis lacerante, de una comprobación de una estrategia global que va a socavar todos los avances sociales, todas las libertades y van a convertir los parlamentos donde se sienten en un espectáculo patético.

En Hungría gobiernan los correligionarios de estas huestes pardas y han tomado una sabia decisión: no mandar a ningún representante a Eurovisión. Cualquiera que tenga un poco de gusto musical, que se interese por la estética actual, podría participar solidaria y mancomunadamente de una decisión de estas características. Lo malo, lo que retrata este mundo infame en el que vivimos es que no van a mandar a nadie a cantar porque es un festival «demasiado gay». La homofobia llevada hasta el absurdo. Seguro que en las entrañas de la bestia española han tomado buena nota, y de manera ideal se harán húngaros o austrohúngaros para poderse afiliar a esa postura demencial y propiciarán que TVE no mande a nadie.

Vox censura a varios medios, pero tiene a otros periodistas eufóricos que son su correa de intoxicación preferida y se están esforzando para bloquear un posible gobierno e ir de nuevo a las elecciones definitivas, las que ganen los fascistas. Sin consuelo.