La Policía francesa desalojó ayer a varios centenares de inmigrantes instalados en un campamento improvisado en el norte de París en respuesta a una promesa del Gobierno de desmantelar estos «sitios insalubres». Se trata de la sexagésima operación de gran envergadura que se realiza desde 2015 para desmantelar los campamentos de migrantes en París o alrededores.

En este lugar, junto al bulevar periférico de París vivían, en tiendas de campaña o refugios improvisados, entre 900 y 1.800 personas, incluidos niños de corta edad.

Desde la crisis migratoria que comenzó en 2015 han surgido docenas de campamentos han surgido en la capital desde la crisis migratoria que comenzó en 2015. Unos 20.000 migrantes y refugiados han sido evacuados de estos lugares en el último año.

Bajo un viento cortante, los inmigrantes se subieron a autobuses para ser trasladados a gimnasios o centros de acogida en la región parisina.

Yssouf, marfileño de 29 años, vivía allí desde diciembre, después de que se le ordenara abandonar un centro de alojamiento cuando se rechazó su solicitud de asilo. «El frío empezaba a ser insoportable. Estoy contento de poder tener un refugio, aunque sé que es sólo por un tiempo. Es mejor que nada», dijo.

El ministro del Interior, Christophe Castaner, había prometido evacuar todos los campamentos de París para finales del año pasado, abriendo más refugios para los solicitantes de asilo y deportando a aquellos cuyas solicitudes sean rechazadas.

El presidente Emmanuel Macron, indicó el año pasado que el Estado francés debe poner fin a su enfoque «laxo» en materia de inmigración.