La Máquina-herramienta afronta un año «complicado» y «duro», que podría «remontar en su tramo final», tras cerrar el ejercicio de 2019 con una caída del 6,8% de la facturación como consecuencia de «la incertidumbre inversora que ha frenado el avance del sector en todo el mundo», indicó ayer la AFM.

El presidente de la asociación, César Garbalena, explicó en un comunicado que «tras un lustro de crecimiento muy robusto, acompañado de una verdadera transformación tecnológica y de posicionamiento de las empresas del sector, la facturación en la máquina-herramienta cae un 6,80% en 2019», un ejercicio que, pese a todo, «ha presentado niveles de actividad razonables para un año de transición».

El subsector de la deformación, con una caída del 13 %, fue el más afectado por la incertidumbre, al estar directamente conectado con la automoción que ha optado por posponer una buena parte de sus inversores productivas ante los cambios tecnológicos y de demanda relacionados con la movilidad sostenible.

El subsector del arranque, sin embargo, tuvo un mejor comportamiento y cerró un buen año de actividad ya que, pese a caer un 4,3 %, venía de registrar un fuerte avance, superior al 15%, en 2018. El resto registró «un comportamiento algo mejor dentro del panorama generalizado de caídas limitadas».

En cuanto a 2020, la AFM indicó que la incertidumbre afecta de «manera relevante a la inversión». Garbalena reconoció que «la situación es complicada», especialmente para los fabricantes que trabajan con el sector de automoción.

El director general de AFM, Xabier Ortueta, también coincidió en que 2020 será un «año duro» en el que «la facturación también se verá afectada por los largos períodos de maduración» de los pedidos y por «los datos de captación registrados».

Consideró que la Bienal de la Máquina-herramienta, que se celebrará el 27 y 28 de mayo en el BEC, será «la piedra de toque de la industria»