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Las islas del Egeo mantienen un pulso con Atenas por los centros para migrantes

Los habitantes de las islas griegas del Egeo se mantenían ayer en pie de guerra por segundo día consecutivo para protestar contra los planes del Gobierno de Atenas de construir centros cerrados para migrantes y refugiados, lo que desembocó, igual que la víspera, en violentos enfrentamientos con la Policía que dejaron decenas de heridos.

En Lesbos y Quíos se realizaron huelgas generales, con el cierre total de comercios, para facilitar la participación en las manifestaciones. Miles de personas tomaron las calles de las principales ciudades mientas la crispación aumenta. Pero la respuesta ciudadana no ha alterado el discurso del Gobierno derechista de Kyriakos Mitsotakis, que considera esos centros «esenciales para la seguridad».

Los responsables de Nueva Democracia, el partido de Mitsotakis, en Lesbos, Quíos y Samos han dimitido, contrariados por las decisiones de sus líderes.

El Ejecutivo se ha propuesto finalizar en seis meses las obras de los centros, que a medio plazo sustituirán a los actuales.

Los centros en las cinco islas donde está prevista su instalación albergarán a unas 25.000 personas, estarán cerrados por la noche y sus residentes sin antecedentes podrán abandonarlos unas horas durante el día.

Actualmente más de 40.000 personas se hacinan en condiciones miserables en los campos de Lesbos, Samos, Quíos, Leros y Kos, oficialmente con capacidad para 6.200. La gran mayoría está a la espera de que se tramite su solicitud de asilo.

El Gobierno se propone acelerar las tramitaciones y deportar a Turquía a todos los que no obtengan un permiso de asilo.