T. F.
DONOSTIA

La mortalidad, con el foco en las enfermedades respiratorias

Hace apenas un mes todavía era habitual escuchar a alguien decir que «esto del coronavirus es como una gripe». Si hoy escucháramos la misma frase, seguramente nuestra reacción sería muy distinta a la que nos provocó entonces. Ello se debe, sobre todo, a la gravedad que le otorgamos a una enfermedad infecciosa hasta ahora desconocida que se está propagando a una velocidad vertiginosa por todo el planeta.

En este artículo no pretendemos comparar los efectos del Covid-19 y de la gripe sobre la salud de las personas –es muy pronto para poder hacerlo con rigor–, sino reflejar cuál es el que tiene habitualmente la gripe estacional en Euskal Herria. Nos centramos en el sur del país porque no contamos con datos tan precisos sobre Ipar Euskal Herria, especialmente en cuanto al nuevo coronavirus.

Como se observa en el gráfico adjunto, en 2018 –el último año con los datos confirmados por los institutos de estadística– el número de personas fallecidas en Hego Euskal Herria por todas las causas se elevó a 27.582. La variación fue muy leve respecto a la de 2017, con 27.478, y la de 2016, con 26.951.

La distribución de esos totales entre los cuatro herrialdes sigue la esperada proporción demográfica, sin elementos llamativos.

Si pasamos a analizar las causas de esas muertes, tenemos que poner el foco en el apartado de las «enfermedades del sistema respiratorio», que provocan entre un 10% y un 12% del total, en el que se suman, conviene recordar, no solo motivos sanitarios, sino también los accidentes, suicidios y agresiones (homicidios).

Las estadísticas homologadas a nivel europeo incluyen en este apartado la influenza o gripe (incluyendo la gripe aviar y la gripe A), la neumonía, las enfermedades crónicas de las vías respiratorias inferiores, el asma, la insuficiencia respiratoria y «otras enfermedades del sistema respiratorio».

Probablemente, a partir de ahora el Covid-19 tendrá un nicho específico en esta clasificación, ya que se trata de una infección respiratoria aguda provocada por el virus SARS-CoV-2.

Vacunación y mutación

Volviendo a las causas de mortalidad, la gripe estacional, por sí sola, es responsable de un número muy reducido de los fallecimientos anuales en Hego Euskal Herria: 151 en 2018, lo que supone un 0,55% del total. No obstante, como está sucediendo con el nuevo coronavirus, la gripe puede atacar gravemente a personas que ya están en situación vulnerable, como las que tienen una inmunidad debilitada o cualquiera de las otras enfermedades del sistema respiratorio.

Una diferencia evidente entre la gripe y el Covid-19 es que para afrontar la primera contamos con vacunas que gran parte de la población vasca más vulnerable recibe todos los años. Como señala la Organización Mundial de la Salud (OMS), hay cuatro tipos de virus de la gripe estacional: A, B, C y D, aunque los causantes de las epidemias estacionales son solo los de tipo A y B.

Las campañas de vacunación se repiten todos los años porque estos virus tienen una alta capacidad de mutación. En principio, el SARS-CoV-2 tiene una estructura más estable, lo cual puede ser una ventaja para lograr una vacuna a corto plazo.

En el hemisferio norte, la gripe estacional nos acompaña todos los años entre los meses de noviembre y abril, y suele superar el umbral epidémico desde diciembre hasta marzo (en el gráfico corresponde al tramo entre la semana 50 del primer año y la semana 10 del segundo). Ahora estamos en la semana 14 del año.

Repasando las tablas que presentamos aquí con el número de fallecidos en cada uno de los meses en los que la gripe tiene mayor impacto durante la última década, es evidente que las enfermedades del sistema respiratorio, y las complicaciones que provocan en personas vulnerables, marcan el ritmo más alto a la mortalidad en nuestro país.

No es coincidencia que en los cuatro herrialdes sea el mes de enero el que más fallecimientos registra habitualmente y que sea el que también contiene el pico de la epidemia de gripe de las dos últimas temporadas.

Para terminar, una perspectiva global con datos aportados por la OMS: en el mundo, las epidemias estacionales de gripe provocan entre 3 y 5 millones de casos graves y entre 290.000 y 650.000 muertes. Y eso gracias al extendido uso de las vacunas, que aún así no llegan a todos por igual.