Beñat ZALDUA
DONOSTIA
CRISIS DEL CORONAVIRUS

Desescalada y estado de alarma van de la mano, según Sánchez

Miles de vascos y vascas salieron ayer en masa por primera vez en más de mes y medio en Hego Euskal Herria. Al margen de algunas aglomeraciones, las reglas y los horarios se siguieron sin mayores contratiempos. Los indicadores siguen dando un respiro, lo que da alas a la posibilidad de que el 11 de mayo entre en vigor la fase 1. Tiempo al tiempo.

Todo sigue en su sitio. Nadie se ha llevado la isla de Santa Clara, la ría sigue separando dos márgenes, el balcón de Celedón no se ha derrumbado y la plaza del Ayuntamiento de Iruñea sigue teniendo su dimensión habitual. Este año parece que no se va a ensanchar para el 6 de julio. Snif. En Baiona ya sabían que el Errobi y el Aturri se seguían juntando en el mismo sitio, pero en Hego Euskal Herria miles de personas salieron ayer a comprobar, en la medida de sus posibilidades, que ahí fuera todo sigue como lo habían dejado.

También fueron miles los que ayer quisieron comprobar si el cuerpo respondía tras semanas de abandono o vigorexia casera –pueden recuperar las crónicas mañaneras de Ramón Sola e Ibai Azparren en NAIZ–. Lo hicieron con suerte desigual; si no que se lo pregunten al nadador que los bomberos acabaron rescatando en la Zurriola, «cansado» tras una hora de ejercicio. Está bien no tener que empezar una nueva lista de víctimas de la desescalada.

Aunque se vieron aglomeraciones puntuales, y fue normal observar un gran trasiego en paseos y malecones, la jornada transcurrió sin mayores sobresaltos, a modo de ensayo general de una desescalada que empezará a tomar ritmo a partir de mañana, con el inicio oficial de la fase 0, que tiene como principal novedad la tímida apertura de algunos comercios. Restaurantes y cafeterías podrán abrir y ofrecer comida para llevar, mientras que otro tipo de comercios, como librerías, peluquerías o talleres podrán abrir con cita previa y con un aforo máximo de una persona por cada dependiente.

Prórroga en el aire

Esta fase 0 fue confirmada por el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, en su habitual intervención sabatina, ayer adelantada al mediodía. También informó de que el uso de las mascarillas será obligatorio a partir de mañana en el transporte público y fijó un horizonte de dos años para recuperarse económicamente de un mazazo que supondrá un descenso del 9% del PIB, según la estimación empleada ayer por el propio Sánchez.

Para poner en marcha esa reconstrucción, insistió en la necesidad de la «unidad» y de una acción coordinada, en una afirmación que apela sobre todo a PP y Ciudadanos, pero que espanta al soberanismo vasco, catalán y gallego que le aupó a la Presidencia. Sánchez anunció ayer que esta semana pedirá una nueva prórroga del estado de alarma en el Congreso de los Diputados, pero lo cierto es que ahora mismo no tiene asegurados los apoyos.

«No hay plan B», afirmó ayer, pero a estas horas el PP quiere vender caro su apoyo, mientras que el ordeno y mando centralista trae por el camino de la amargura a los gobiernos de Gasteiz y Barcelona. Urkullu ya amenazó esta semana con retirarle el apoyo si no enmendaba una actuación que ayer volvió a repetir: informar a la prensa y al público antes de las CCAA. Los 16.000 millones de euros anunciados ayer para las autonomías pueden funcionar con los suyos, pero no parece que puedan tener mucho más recorrido. La que viene será una semana intensa en el Congreso en Madrid. La tensión epidémica desescala, la política escala.

Un recordatorio pertinente

Fuera de la arena política, la vista está ya puesta en la fase 1 de la desescalada, que si todo va bien podrá aplicarse en la CAV y Nafarroa a partir del 11 de mayo. Para ello tendrá que mantenerse la tendencia favorable avalada los últimos días por la mayoría de indicadores. Ayer la tasa de contagio instantáneo calculada por el Instituto Carlos III bajó en la CAV del umbral del 1 a un 0,54, y aunque en Nafarroa sigue alto (0,94), no ha llegado al umbral del 1 y puede explicarse, en parte, por la gran cantidad de test que se están haciendo los últimos días. Las cifras de altas hospitalarias también marchan a buen ritmo, si bien las nuevas hospitalizaciones (54, ayer) son un recordatorio de que la transmisión quizá no sea tan baja como debería.

Con todo, si los indicadores se mantienen, esa fase 1 a aplicar a partir del 11 de mayo incluye la posibilidad de reunirse con hasta 10 personas cercanas. Eso sí, manteniendo la distancia física. También habrá flexibilizaciones en el comercio y la hostelería, según empezó a explicarse ayer.

Acabar con la ola actual no va a significar, sin embargo, acabar con el reto del coronavirus; ni mucho menos con los retos planteados a la Humanidad. Estos días ha circulado con profusión una viñeta en la que se ve al planeta Tierra boxeando con el Covid-19, mientras el cambio climático, mucho más fuerte, espera su turno calentando.

Ayer 345 académicos vascos subieron al ring con el manifiesto «Por una economía ecológica en la Euskal Herria post-Covid19», en el que señalan que «nos encontramos ante una encrucijada histórica: seguir por el camino errado o cambiar de rumbo», camino en el que proponen cinco principios para alcanzar «una sociedad más sostenible y equitativa».