GARA
ABUJA

El noroeste de Nigeria, confluencia de múltiples violencias y tensiones

Más de 8.000 personas han muerto y 200.000 se han visto forzadas a dejar sus hogares en el noroeste de Nigeria desde 2011 por la violencia, según un informe publicado ayer por el International Crisis Group (ICG). La disputa por hacerse con los recursos naturales entre pastores, mayoritariamente de la etnia fulani, y agricultores, hausa, es la causa de esta espiral de la violencia, agravada por la irrupción de grupos yihadistas y el tráfico ilegal de armas.

El noroeste de Nigeria –el país más poblado de África con unos 200 millones de habitantes– vive desde hace una década una peligrosa espiral de violencia que ha causado ya la muerte de más de 8.000 personas y el desplazamiento forzado interno de 200.000. Otras 60.000 personas han huido a la vecina Níger.

La disputa por hacerse con el agua y la tierra que libran pastores, en su mayoría pertenecientes a la etnia fulani, y agricultores hausa está en el origen de esta violencia, que se ha visto agravada por otros factores como el cambio climático, las políticas favorables a los agricultores sobre los pastores, el crecimiento de la población, el auge del comercio de armas ligeras y por la irrupción de grupos yihadistas que están tratando de sacar ventaja de la crisis de seguridad que sufre la región, donde han aumentado los robos de ganado, los secuestros con fines económicos o los ataques a aldeas. Si bien el foco original se situó en el estado de Zamfara, la violencia se ha extendido a cinco estados vecinos.

En el informe presentado ayer, International Crisis Group advierte de que si bien los esfuerzos de paz realizados por el Estado nigeriano con algunas facciones armadas han arrojado algunos resultados, estos no serán duraderos si más grupos no deponen sus armas.

Para evitar un escenario de caos total, la ONG recomienda a las autoridades estatales y federales reducir las tensiones entre pastores y agricultores y apoyar el diálogo entre las comunidades fulani y hausa, tradicionalmente ligadas al pastoreo y a la agricultura, respectivamente.

En este complicado escenario, grupos yihadistas han aumentado su influencia. «La agitación de la actividad yihadista en el noroeste ha incrementado el temor de que la región pronto se convierta en un puente terrestre que conecte las insurgencias islamistas en el Sahel central con la insurgencia de una década en la región del lago Chad en el noreste de Nigeria», subrayó el director del ICG para África Occidental, Rinaldo Depagne.

Todo esto «ha tenido un impacto humanitario y económico de gran alcance en la región y ha creado un efecto dominó de los problemas de seguridad», incidió el asesor principal del ICG para Nigeria, Nnamdi Obasi.

Recomendó a Abuja trabajar con Niamey para reforzar la seguridad en la frontera y así reducir el comerio ilegal de armas, madera y el paso de yihadistas.

Al menos 20 civiles muertos en un ataque de Boko Haram

Al menos 20 civiles fallecieron y otros 14 resultados heridos el domingo en un atentado perpetrado por Boko Haram en una aldea del noroeste de Nigeria. Según explicaron a AFP testigos de los ocurrido, hombres armados llegaron sobre las 17.15 hora local en numerosas camionetas a la villa de Gajiganna, en el estado de Borno, que se disponía a celebrar el fin del Ramadán. Abrieron fuego con lanzacohetes. «Perdí a mi esposa en el ataque. Mis tres hijos y yo resultamos gravemente heridos por el impacto de los proyectiles», relató vía telefónica desde la cama del hospital Bukar Gaji. «Mi casa quedó destruida, como otras muchas, por los cohetes que lanzaron desde las afueras del pueblo», añadió.

Gajiganna, a 50 kilómetros de Maiduguri, ha sufrido múltiples atentados islamistas. En febrero, yihadistas mataron a un soldado en un ataque contra un puesto de control militar. La insurrección, que se ha extendido a países vecinos como Chad, Camerún y Níger, ha dejado más de 36.000 muertos desde 2009.GARA