Raimundo Fitero
DE REOJO

Espacial

En medio de las protestas por la violencia racista policial en USA, se acaba de producir un hito en la carrera espacial y es que se la NASA ha colaborado con un empresa privada para llevar una nave con dos tripulantes hasta la estación espacial internacional. Es decir, si este lego no se confunde, SpaceX está preparando ya viajes a esa estación con turistas galácticos, que en estos momento de la extensión universal de la pandemia de la covid-19 en sus números globales más abultados desde el inicio, nos vuelve a colocar ante la paradoja de los dos, tres o cinco mundos económicos, sociales y culturales que conviven bajo la misma capa de ozono. 

No debe ser una inversión pequeña poner un cacharro de este tipo ahí arriba, que vaya hasta ese lugar que ya parece un punto de encuentro rutinario situado en el universo, en unas coordenadas que no son ciencia ficción, pero que obnubilan por su distancia real, llevando recambios de personal, de herramientas o de viandas, es decir, que no sabemos cómo combatir al coronavirus, pero a la vez, estamos vendiendo la posibilidad de que multimillonarios excéntricos se apunten a esos viajes galácticos que costarán más o menos lo que costarían dos o tres equipos de investigadores buscando vacunas para la malaria o el bicho de ahora.

Lo de Trump y su futuro político, por primera vez en los últimos años, vislumbro una posibilidad de que acabe en despedida. Es tan patán, su figura provoca tanto rechazo que los que consienten sus desmesuras porque les deja hacer negocios, han empezado a detectar una excesiva deriva hacia la insurrección general. Es tan zafio, que sus actitudes empiezan a no ser rentables para casi nadie. Y si el capital religioso se siente incómodo o amenazado y retira el sostén, es posible que el voto populista no sea suficiente para renovar la presidencia.