Raimundo Fitero
DE REOJO

Frugales

Ahora resulta que hay países frugales, según el lenguaje político acomodaticio de la UE, para señalar a aquellos que no están por la labor de dar dinero sin devolución para calmar el desastre económico que se nos avecina. Los que dicen que sean créditos que se devuelvan con intereses porque consideran que los países más necesitados de esas inyecciones de liquidez gastan de manera excesiva y sin cuidar de su línea de déficit, que es algo así como esas entelequias que se usan para determinar si alguien tiene sobrepeso o está obeso, que, aunque tengan rima, no es exactamente lo mismo.

La política ahora se puede considerar o frugal o hipocalórica, pero debe ser sin gluten y con la sal adecuada y sin glucosa añadida. Política debe ser de diseño bancario, de nutricionistas del poder que solamente buscan una buena imagen y un crecimiento económico desmesurado para unos pocos, confundiendo el desarrollo con lo superfluo entronizado. Ahora con la compra a larga distancia que es el modelo de suicidio social más característico de estos tiempos frugales. 

Las previsiones de los organismos que se dedican a equivocarse sobre los datos macroeconómicos que se aventuran, son frugales o sobrecargadas de grasas según se miren desde una perspectiva masoquista o formando parte de una secta religiosa que te ofrezca salvación en el más allá. En el más acá vas a estar sufriendo vendavales envolventes y sofistas en estado carcamal, pero antes de tomar una decisión, vete a la fuente originaria y confirma que formar parte de la clase media no es un acto voluntario ni formado por signos externos como tener una determinada marca de teléfono inteligente, sino una cuestión matemática, de comparar tus ingresos con los de tu entorno. La mayoría necesitamos ser frugales para llegar a final de mes.