Macedonia del Norte celebró ayer el último día de unas elecciones generales anticipadas atípicas, con tres jornadas de votación para evitar contagios por coronavirus y en las que el ganador seguro al cierre de los colegios fue la abstención, a la espera de que pasada la media- noche se conocieran los primeros datos. Según los datos provisionales, la participación fue del 50,86% frente al 66,8% de 2016.

Los medios atribuyeron este descenso sobre todo al temor ciudadano de votar en pleno repunte del coronavirus, pero también a la creciente apatía política y a que por celebrarse en pleno verano, la motivación de acudir a las urnas es menor.

Las elecciones anticipadas, que debían haberse celebrado el 12 de abril pero se aplazaron por la pandemia, tuvieron un proceso inusual: se celebraron durante tres días –el primero, para los ciudadanos en cuarentena; el segundo, para las personas mayores y los presos, y el tercero, para el resto– y con un horario más amplio. Los colegios cerraron dos horas más tarde de lo habitual, por lo que los primeros datos oficiales no se esperaban hasta la madrugada

En total concurrieron 15 partidos y alianzas a estos comicios, cruciales de cara al futuro europeo de este pequeño país balcánico de cerca de dos millones de habitantes, ya que el ganador heredará la negociación para unirse a la UE.

El principal rival de la gobernante Unión Socialdemócrata de Macedonia (SDSM), que se presenta en alianza con el pequeño partido de la minoría albanesa BESA, es el conservador VMRO-DPMNE, que en 2016 fue el más votado, aunque no pudo forjar una mayoría de Gobierno.

Si los sondeos aciertan y los resultados son reñidos, la formación de Gobierno podría depender de la formación DUI, también de la minoría albanesa, el tradicional partido bisagra que participa en todos los Gobiernos desde 2008.