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temuco

El preso mapuche Córdova, decidido a morir tras 100 días de huelga de hambre

El machi Celestino Córdova, autoridad espiritual mapuche condenado en 2014 a 18 años de cárcel tras ser juzgado bajo la Ley Antiterrorista pinochetista, ha cumplido 100 días en huelga de hambre para exigir cumplir la pena en su comunidad y poder asistir a los rituales.

«Lamento mucho que tenga que entregarles mi último mensaje dentro de mis últimos días», afirmó Celestino Córdova en un audio difundido el lunes en redes sociales, cuando al cumplir 100 días en huelga de hambre y ante el agravamiento de su estado de salud. Al menos otros 26 mapuches recluidos en distintas cárceles se encuentran también en huelga de hambre.

«Para mí será un orgullo dar la vida por mi pueblo mapuche, por nuestra creencia espiritual, que es sagrado por sobre todas las cosas», aseguró el líder comunero al anunciar que iniciaba también una huelga seca.

Córdova aludió a su condición de machi, que le otorga «mandato sobrenatural en el mundo espiritual», para expresar que es su «deber» realizar este «sacrificio definitivo».

«Para que mi muerte sea más rápido me he colocado a la disposición de retomar huelga seca en cualquier momento y así mi desenlace no será lento como se lo esperan los actores de todos los poderes del Estado», agregó.

El líder espiritual se encuentra en hospitalizado en Nueva Imperial, cerca de la ciudad de Temuco (Ngulumapu, territorio mapuche bajo administración chilena), debido a su estado.

Córdova, juzgado bajo Ley Antiterrorista pinochetista en un proceso plagado de irregularidades, fue condenado en 2014 a 18 años de cárcel por la muerte en 2013 del empresario agrícola Werner Luchsinger y su esposa, Vivianne McKay, en el incendio de su vivienda. La familia Luchsinger estaba enfrentada desde hace décadas a los mapuche, que reclaman esas tierras ancestrales, y es propietaria, entre otros, del predio en el que cinco años antes los Carabineros mataron al joven Matías Catrileo.

Arresto domiciliario

Desde entonces, Córdova ha llevado a cabo periódicas huelgas de hambre en demanda de un permiso para ir a renovar su rewe, un rito que anualmente deben cumplir las autoridades espirituales mapuches. Según la cosmología mapuche, el rewe es el punto de conexión entre el mundo material y el inmaterial, donde están los muertos y desde en que el machi toma contacto con los espíritus.

«El Estado chileno, a través de su institución policial, me despojó de mi rewe, de mi familia, de mi comunidad, de mi territorio, de todos mis pacientes, que les brindada sabiduría, les daba vida y salud, siendo una autoridad espiritual mapuche», expresó el machi en su audio.

En esta ocasión, la defensa de Córdova solicitó que el preso pueda salir de la cárcel por seis meses o mientras dure la pandemia y cumpla su condena en arresto domiciliario en el área rural en el que habita.

La demanda se ampara en el Convenio 169 de la OIT sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes, que desde 2009 ha sido parte de la legislación chilena y que sostiene que «deberá darse la preferencia a tipos de sanción distintos del encarcelamiento (a los miembros de pueblos originarios)».

El Gobierno de Sebastián Piñera ha excarcelado a muchos presos con motivo de la pandemia. Ninguno de ellos mapuche.

El caso de Córdova es el más mediático de entre los mapuches presos y el ascendiente que la figura de un machi tiene en su pueblo acentúa la solidaridad con su reivindicación. Activistas mapuches apoyan la causa y vienen protagonizando en las últimas semanas diversas protestas, como la toma de varios edificios oficiales en los municipios, de los que fueron desalojados violentamente por Carabineros, que ampararon a un grupo de ultraderechistas de la organización APRA que les golpearon y atacaron con armas blancas durante el desalojo.

En paralelo, algunos grupos han elevado proclamas racistas contra el pueblo mapuche, llegando a agredirles.