Raimundo Fitero
DE REOJO

Salida

Siempre hay que saber dónde está la salida de emergencia, ya sea en un avión, una sala de fiestas, una plaza de abastos o un gobierno. A partir de mañana la salida de Urkullu para demostrar que es el virrey del oasis vasco es declarar la emergencia sanitaria, que es añadir unas gotas de más de confusión a la incertidumbre que empieza a ser estructural, emocional, sensacional y hasta futbolística, con excepción de los seguidores del Barça que ya han acabado sus incertidumbres, han encontrado la salida de emergencia para sus años gloriosos. Perdonen la indiscreción.

Los que no ven el cartel de salida en ningún idioma y en ningún lugar ni concepto político son los palestinos. Ver a Netanyahu y Trump presentando como un logro para la paz y para Palestina un acuerdo de Israel con los Emiratos Árabes es sentir el valor de la estulticia, de la traición, de la correlación de fuerzas económicas como tablero donde jugar con el futuro de un pueblo que está siendo machacado de manera constante. Un acuerdo de paz que es una declaración de guerra contra Irán. Es un subterfugio para que se establezca de manera crónica y sin reproche la ocupación de Cisjordania. 

La voz de Netanyahu es como un trueno, rotunda, pero su acción de gobierno es nefasta, sus problemas judiciales los resuelve con violencia o firmas que apoya ese muñeco de gomaespuma de pelo anaranjado y voz ridículo que no es capaz ni de comunicar ese extraño acuerdo de memoria, por lo que debe leer de manera descarada lo escrito con letras inmensas por sus asesores. Palestina, fraccionada de manera militar, vive siempre en estado de emergencia, y en plena pandemia, la actitud criminal de Israel le impide plantear medidas apropiadas a su ciudadanía. Existen muchos intereses políticos y económicos dedicados a bloquear cualquier salida justa.