EDITORIALA

Para ser eficaz, ni mando ni único

Tras los tres meses de estado de alarma capitaneados desde Madrid y estos últimos dos en teoría sin marco legal de gestión excepcional, en la CAV su lehendakari, Iñigo Urkullu, reestablece hoy la declaración de emergencia sanitaria. Es una figura efectivamente pensada para estas situaciones de crisis y que de hecho bien pudo emplearse antes de la pandemia, en el desastre de Zaldibar en febrero, por sus efectos multilaterales: humanitarios, sanitarios, medioambientales, económicos... Lakua está destacando que ello le convierte en «mando único». Obviamente, para lo bueno y para lo malo. Junto al cargo, Urkullu asume la responsabilidad mayor. Ojalá acierte en sus decisiones, porque implicarán a toda la ciudadanía de esos tres herrialdes y porque el covid-19 no perdona errores. Pero ello dependerá, paradójicamente, de que ese poder no sea ni mando ni único.

Empezando por lo primero, el autoritarismo es una tentación que está ahí pero que resulta muy peligrosa. Es más constructivo implicar a la ciudadanía en esta batalla que aún será larga con pedagogía que con multas, con información clara que con ertzainas, con campañas divulgativas que con Ley Mordaza. Es también el mejor modo de combatir tesis negacionistas y conspiranoicas que en gran parte beben de la angustia por las medidas de control. Lo sanitario y lo científico deben marcar las decisiones y son ámbitos muy lejanos de cualquier concepto de mando.

Entender este liderazgo como único también resultaría fatal. Se asegura que habrá coordinación institucional en la labor de este LABI, faltaba más. Pero hace falta también coordinación –y más que eso aún, cooperación– por parte de las estructuras sociales, y eso requiere el diálogo amplio que Urkullu ha esquivado hasta el momento. No serán eficaces decisiones de gestión sanitaria si no cuentan con los profesionales, pero también con los pacientes o con los residentes y familiares. Lo mismo ocurrirá con las decisiones educativas si se toman a espaldas de profesores, madres y padres, alumnos... Que acierte, que acertemos todos.