Belén Martínez
Analista social
AZKEN PUNTUA

Toque de queda

La gobernabilidad de la pandemia deja al descubierto conflictos como la producción y gestión de la verdad y la credibilidad y legitimidad de quienes producen y gestionan esa verdad. Si no se predica con el ejemplo, las recomendaciones y prescripciones se convierten en charlatanería de fuleros de feria y camposanto.

El cocktail-botellón del periódico “El Español” en el salón Real del Casino de Madrid refleja un universo referencial propio de las élites y la oligarquía. Una fiesta que contrasta con la austeridad impuesta y que se ha convertido en el espejo de esa falsa buena conciencia que Sloterdijk denunciaba en critica de la razón cínica.

Cuidado con las palabras, el ejercicio de la pedagogía, los eufemismos y las pretensiones retoricistas. ¿«Toque de queda»? ¿«Restricción de movilidad nocturna»? Qué más da, cuando se corteja con un estado de excepción con riesgo de perennizarse.

Una violencia proteiforme recorre nuestras calles. Una violencia que no parece inscribirse en una continuidad histórica de carácter revolucionario, de utopías que transmutan a mundos más justos. Si la aislamos del contexto, esta violencia puede resultar ininteligible. El contexto es el autoritarismo creciente y un sentimiento de inseguridad e incertidumbre. Y una extrema derecha ansiosa por estampar su rubrica.