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ELECCIONES EN ESTADOS UNIDOS

Trump y Biden, dispuestos a disputar hasta el último voto y a llegar al Supremo

El presidente de EEUU, Donald Trump, tras proclamarse ganador antes de que acabara un recuento de votos que podía durar varios días y que iba confirmando la ligera ventaja de su rival, Joe Biden, recurrió a los tribunales para intentar parar una posible derrota con nuevos recuentos o la suspensión del escrutinio en los estados clave.

Como en 2000, los estadounidenses se despertaron ayer sin saber el nombre de su próximo presidente después de una votación con una participación récord y cuyo recuento continuaba en siete estados clave.

Pero eso no impidió que el presidente, Donald Trump, se considerara el ganador frente el demócrata Joe Biden.

Trump cumplió al menos una de sus promesas de campaña: «Tan pronto como terminen las elecciones, nuestros abogados estarán listos», había advertido, dejando claro que no iba a aceptar fácilmente un resultado adverso. Más dudas dejó su afirmación de que se declararía ganador, «solo cuando tengamos una victoria. No hay que hacer castillos en el aire».

Con los precedentes del mandatario no sorprendió que afirmara haber ganado las elecciones cuando muchos estados, abrumados por la avalancha de votos enviados por correo, seguían abriendo sobres y escaneando papeletas decisivas, cuyo resultado puede llevar tardar días en conocerse.

«Si todo continúa a este ritmo, tendremos los resultados totales en los próximos dos días», afirmó a la CNN Al Schmidt, responsable del recuento electoral de la ciudad de Filadelfia, una gran reserva de votos demócratas en el estado clave de Pensilvania.

Alrededor de las 02:20 horas, viéndose ganador en Florida, el presidente, en un confuso comunicado desde la Casa Blanca, amenazó con recurrir al Tribunal Supremo para parar el recuento, dando a entender que había ganado y el resto de los votos eran fraudulentos.

«Honestamente, ganamos las elecciones», afirmó Trump aludiendo a un fraude sobre el que no dio evidencia alguna. «Vamos muy por delante, pero están intentando robar las elecciones. Nunca se lo permitiremos».

Por su parte, Biden denunció los comentarios presidenciales «escandalosos» y «sin precedentes». «Es un intento deliberado de privar a los ciudadanos estadounidenses de sus derechos democráticos», reaccionó el equipo de campaña del demócrata, asegurando estar dispuesto a luchar en los tribunales si Trump apela al Supremo.

Biden se sentía optimista y en camino de ganar la votación a medida que el recuento iba ajustando las diferencias, y pidió a los estadounidenses que sean pacientes. «¡Mantengan la fe, vamos a ganar!», exhortó el exvicepresidente a los simpatizantes reunidos en su bastión de Wilmington, en Delaware. Pero Trump no dejó hablar de irregularidades durante toda la jornada. Afirmó que su ventaja ha ido «desapareciendo mágicamente» con el paso de las horas por el recuento de «vertederos de votos sorpresa».

«Anoche, estaba encabezando el recuento, a menudo por un amplio margen, en muchos estados clave, en casi todos los casos gobernados y controlados por los demócratas», afirmó, añadiendo que «están encontrando votos de Biden en todas partes», en alusión a Pensilvania, Wisconsin y Michigan, tres de los estados en liza.

Poco después de la publicación del mensaje, Twitter lo etiquetó como contenido «engañoso», al igual que otro de los tuits que ha compartido el mandatario y en el que se aludía a un supuesto fraude.

«No descasaremos hasta que se cuenten todos los votos», replicó Biden también en Twitter.

Y el recuento iba aumentando el optimismo de los demócratas, que esperaban un rápido desenlace. «Joe Biden está en la senda para ganar estas elecciones y él será el próximo presidente de EEUU. Creemos que tenemos por delante un camino claro para la victoria. Para esta tarde, esperamos que el exvicepresidente tenga suficiente ventaja en algunos estados para superar los 270 delegados», afirmó la jefa de campaña de Biden, Jen O’Malley Dillon.

Parar Michigan y Pensilvania

El espectro de largos días de incertidumbre y batallas legales acecha ahora a la principal potencia mundial, ya sacudida por importantes crisis sanitarias, económicas y sociales.

El nombre del mandatario, que prestará juramento el 20 de enero, depende de los resultados de varios estados clave, donde ambos partidos van a disputar hasta la última papeleta.

La campaña de Trump anunció ya que pedirá un recuento en Wisconsin, donde los resultados se inclinaban a favor de su rival. «El presidente está dentro del margen para pedir un recuento y lo haremos inmediatamente», afirmó el jefe de campaña, Bill Stepien, antes de que ninguna proyección de medios hubiera declarado aún un ganador.

Además, demandó ante los tribunales que se detuviera el recuento en Pensilvania y Michigan, donde, previsiblemente, Biden iba a confirmar su victoria electoral.

En 2000 ya fue el Supremo el que terminó más de un mes después de las elecciones, interviniendo para poner fin al recuento y dar por ganador el republicano George W. Bush.

Lo que sí estaba claro era que la ola demócrata, que soñaba con victorias históricas en Georgia o Texas, no se produjo. El presidente retuvo, además, Florida, a la contra de nuevo de muchas encuestas.

Pero entrada la noche, aún le quedaban mucho por ganar, contaba con 214 votos electorales y estaba ligeramente por detrás del demócrata (248). Aun así su campaña auguraba que para mañana se proclamaría ganador, aferrándose más a los tribunales que a los votos.

La espera aumenta la ansiedad y tensión

Según la Asociación de Psicología de Estados Unidos (APA) el estrés electoral está disparado y crece en la espera de conocer finalmente los resultados. Un estudio mostraba a un 68% de los encuestados «significativamente estresados» por las elecciones, 16 puntos más que en 2016. El hecho de que Trump sea un presidente impredecible y sus declaraciones incendiarias son un elemento más para tener nerviosa a mucha gente, según la profesora Lynn Bufka, de APA. Señal de la ansiedad del país, empresas de Washington, Los Ángeles y Nueva York se atrincheraron en anticipación de una posible violencia postelectoral. En Nueva York, se convocaron al menos una decena de protestas para mostrar el rechazo al presidente, al igual que en Washington y en Mineápolis, donde la Policía detuvo a 14 personas después de una protesta contra la brutalidad policial. También hubo ocho arrestos en Seattle, mientras que en Los Ángeles la Policía declaró ilegal una movilización y llevó a cabo más detenciones.GARA

Participación récord y el candidato más votado jamás

La participación en las elecciones presidenciales del martes fue la más alta de las registradas desde 1908 en EEUU y la mayor desde que está reconocido el voto femenino. Con participación estimada del 66,9%, frente al 59,2% en 2016, según el US Election Project, se estima que se emitieron más de 160 millones de votos. La participación anticipada alcanzó también un récord al superar los 101 millones de electores, (35,9 millones de voto anticipado y otros 64,8 por correo). Además, el candidato demócrata, Joe Biden había recabado ya más votos de los que logró Barack Obama en las elecciones de 2008, superando así el récord establecido por este. Según Fox News, Biden ha obtenido más 69,77 millones de votos, frente a los 69,49 que obtuvo Obama. Según Nate Silver, director del portal Five Thirty Eight, es muy probable que Biden termine logrando «en torno a los 80 millones». Pero también Trump superó el récord, dando idea de una movilización del electorado sin precedentes en EEUU. Según Fox News, Trump contaba ya con 67,16 millones de votos, y podría terminar con «entre 73 y 75 millones».GARA