Raimundo Fitero
DE REOJO

Vallekas

Como estaba orquestado, diseñado y bien preparado la presencia del pistolero de Amurrio con toda su tropa en un mitin en una plaza emblemática del popular y luchador barrio madrileño de Vallekas, se desarrolló según lo previsto y guionizado. Algunas voces cargadas de prudencia y miedo aconsejaban la ignorancia activa. Otras voces reclamaban su derecho a manifestarse ante los que se agreden con signos y actitudes franquistas que es la manera más castiza de ser fascista en el sur de Europa. Pero sucedió lo que estaba previsto.

Se había desplegado un cordón policial que solamente fue atravesado por una persona: Santiago Abascal, y lo hizo con la clara intención de desatar la contenida rabia de quienes protestaban sin ningún tipo de violencia. A un gesto del pistolero, los uniformados, como una falange disciplinada empezaron a soltar porrazos y desde ese momento se lograron las imágenes y los objetivos que se habían propuesto los organizadores. Vox no va bien en las encuestas, hay que darle un empujoncito no sea que no puedan gobernar después de las elecciones con la trumpista IDA.

Ese mismo día debían ingresar en prisión unos ultras que atacaron una sede cultural catalana en Madrid con violencia notable. Se aplazó su entrada. Han recurrido al Constitucional unos, pero otros están ilocalizables. No hay casualidades. Y al ver de manera tan reiterada la actuación de los uniformados en estos conflictos, cómo protegen y permiten los desmanes de los violentos fascistas, se me ocurre que, si se hiciera un experimento socio político radical y se prohibiera votar a maderos, picoletos y milicos en las próximas elecciones madrileñas, ¿ganaría la extrema derecha o se desmoronaría totalmente? En Vallekas los resultados son claros y evidentes, por eso van a machacarlos con tanta afición.