Aritz INTXUSTA
IRUÑEA
INDUSTRIA NAVARRA

La ministra se adelanta al prometer un vehículo eléctrico para Landaben

Un rifirrafe entre la ministra de Industria y un diputado de UPN dio pie a un titular apresurado de una agencia que confirmaba la llegada de un vehículo eléctrico a la planta de Volkswagen en Iruñea. Lamentablemente, la noticia es falsa y el coche no viene por el momento, aunque el río suena porque hay agua y trabajo en la sombra para traerlo.

Sergio Sayas recriminó a la ministra Reyes Maroto trabajar por los vascos y olvidarse de Nafarroa a cuenta de la ubicación de una planta de ensamblaje de baterías para coches eléctricos. Maroto le respondió en un lance dialéctico al de UPN que no se preocupara, porque Nafarroa fabricará coches eléctricos. Y con esas mimbres, un periodista entendió que la ministra había confirmado la llegada de un coche eléctrico a la planta de VW, una compañía que la ministra no llega a nombrar. Y no, no es verdad que haya confirmada la llegada de ningún modelo.

En el Gobierno de Nafarroa corroboraban ayer que, sobre el coche eléctrico, no hay nada nuevo más allá de lo que ha dicho la ministra. Pero que María Chivite pelea por conseguirlo no es ningún secreto. Se lo contó la lehendakari navarra al periódico ‘El Mundo’ en una entrevista en febrero, sin ir más lejos.

«La decisión de la fabricación de un vehículo eléctrico será a fin de cuentas una decisión empresarial», comentan a GARA desde el Departamento de Desarollo Económico. Sí que admiten que hay contactos «discretos» para trabajar la llegada del coche eléctrico por dos caminos distintos. Se quiere, de un lado, aprovechar los fondos europeos para la reconstrucción para crear un ecosistema que guste a Volkswagen y le anime a traer aquí uno de sus modelos eléctricos. Y, del otro lado, se está hablando con distintas compañías (incluida la citada) para que el vehículo se implante en Nafarroa y los proveedores, también.

El motivo de la discreción de todo este trabajo es que, lógicamente, hay competencia con otras regiones comunitarias y extracomunitaria para quedarse con el modelo. De ahí que el vuelo que cogieron ayer las declaraciones de la ministra no gustaran en ciertos sectores.

Uno de los elementos clave para crear ese «ecosistema» favorable a la llegada del vehículo es, precisamente, la planta de baterías que motivó la pregunta de Sayas a la ministra.

Se trata de un proyecto interregional que comparten Nafarroa, la CAV, Extremadura y Andalucía. Las «gigabaterías» se quieren fabricar en la planta de Fagor Ederlan de Tafalla, aunque el montaje final se llevará a cabo en el parque tecnológico de Miñano (Araba), según informó la consejera Arantxa Tapia el viernes pasado.

En paralelo a la fábrica de «gigabaterías», Nafarroa financiará con 4,5 millones de euros europeos a lo que se ha denominado Naveac Drive LAB, para impulsar un nodo de desarrollo tecnológico vinculado a los vehículos eléctricos, en el que también se ha incluido a la Universidad Pública de Navarra. Allá se experimentará con sistemas de propulsión, y también con sistemas de sensores y monitorización de vehículos sobre tráfico real.

T-Cross y visión de país

Con este trasfondo y después de que Chivite ya hubiera hecho público que el objetivo final es el coche eléctrico, la promesa de la ministra de que Nafarroa acabará teniendo un vehículo eléctrico cobra un sentido distinto. No fue una confirmación, sino un convencimiento de que este trabajo llegará a buen puerto.

En la polémica subyace, asimismo, un debate más profundo, donde sí entra la política y la visión de país. Desde 1984, la planta de Volkswagen se dedicó a fabricar un único modelo de automóvil, el Polo. Los sucesivos gobiernos de UPN prometieron que traerían un segundo coche de la marca que garantizara la continuidad del trabajo en caso de que el Polo dejara de venderse. Y todos fracasaron.

Fue con el Gobierno de Uxue Barkos cuando finalmente se logró este segundo modelo, el T-Cross, con la consiguiente inversión y renovación de la factoría.

La pelea ahora por el coche eléctrico parte de una posición distinta a la de la etapa de UPN. La colaboración con la CAV ya no es un tabú, la fábrica de baterías de Tafalla pertenece al grupo Mondragón y la planta donde se montarán finalmente, en Miñano, se encuentra a tan solo 99 kilómetros de Landaben. Es dudoso que a Volkswagen le importe lo mismo que a Sayas que haya una ‘frontera’ en medio. Para UPN era inconcebible trabajar en red con el resto de Euskal Herria y acaso fue por eso por lo que nunca consiguió el segundo modelo.