Belén Martínez
Analista social
AZKEN PUNTUA

¡Más madera! ¡Es la guerra!

A finales del pasado año, un grupo de militares jubilados, en una carta dirigida al rey Felipe VI, expresaban la intención de llevar a cabo un golpe de Estado para «defender la integridad de España» del actual Gobierno de «comunistas, golpistas y proetarras».

Hace unas semanas, militares reservistas y «en activo» galos publicaban sendas tribunas, a la vez que el sindicato France Police-Policías en cólera dirigía una misiva al presidente Macron exigiendo más prerrogativas para ejercer la legítima defensa. Regalías sin refrendo ni debate parlamentarios. Manu militari para confinar seiscientos territorios perdidos de la República mediante checkpoints, siguiendo el modelo de Israel, e inspirándose en Bolsonaro y Duterte en la lucha contra el narcoterrorismo.

Se demoniza el enemigo, que son las hordas de la banlieue, el comunitarismo, el islamismo, los separatismos, las y los menores no acompañados, el desmembramiento del territorio o las lenguas vernáculas.

Se ha instaurado el estado de emergencia permanente contra un terror puro y abstracto, sin anatomizar. Asistimos a un proceso de fascistización caracterizado por el avasallamiento del pensamiento y la cultura democrática, con cancerberos reaccionarios, autoritarios y xenófobos. Saludan con el rabo, muerden, ladran y muestran sus dientes.