Osakidetza lleva demasiado tiempo dejándose en el olvido a un gran colectivo de profesionales que siguen sin estar integrados de forma plena en Osakidetza. El de los y las fisioterapeutas. Un dato; actualmente, alrededor del 85% del colectivo debe dedicarse a los servicios privados. Es evidente que apenas se les deja hueco en Osakidetza, a pesar ser un eslabón vital y muy importante en la mejora y calidad de la salud de las personas. El 15% que trabaja en lo público lo hace sufriendo intolerables índices de temporalidad.

En el ámbito hospitalario se está desaprovechando la capacidad de los y las fisioterapeutas; las UCI, Reanimaciones y Servicios de Neumología deberían contar con su propio personal fisioterapeuta adscrito, evitando cronicidad, favoreciendo una mejor recuperación y mejorando la calidad de pacientes ingresados y ambulatorios. Los centros hospitalarios, deben de realizar una reestructuración y dimensionamiento correcto de estos profesionales para proporcionar una atención de mayor calidad y para integrar dentro de la actividad diaria a dichos profesionales.

Sin embargo, es la Atención Primaria el ámbito principal donde la fisioterapia debe hacerse fuerte. No es el único, pero ahí puede y debe crecer, ahí se la necesita, mano a mano con el resto del equipo. Ya la Conferencia de Alma Ata aspiraba a “Salud para Todas y Todos para el año 2000” a través del enfoque de la atención primaria integral. Han pasado 43 años desde aquella visión y el camino recorrido hasta ahora no es suficiente en el desarrollo de lo que tendría que ser la Atención Primaria.

La ley 14/1986 del 25 de abril, General de Sanidad, es la que regula la política sanitaria y en ella se dice que los centros de salud desarrollaran de forma integrada y con trabajo en equipo las actividades de promoción, prevención, curación y rehabilitación, siendo dotados de los medios personales y materiales que sean precisos.

En todas esas actividades la labor de la fisioterapia es fundamental; tiene mucho que aportar en la promoción de hábitos que mejoran la salud de las personas, en la prevención de los trastornos músculo-esqueléticos, así como en tratamientos dirigidos a curar, readaptar o rehabilitar.

A día de hoy la profesión está relegada a centros de rehabilitación y gimnasios, muchas veces obsoletos, de algunos centros, donde carecen de la autonomía profesional suficiente. Estamos a años luz de servicios de salud como el de Castilla y León donde la integración en Atención Primaria es plena y está demostrando balances de costo-eficiencia muy positivos.

Osakidetza, por el contrario, lleva años atascada en un proyecto piloto en Gasteiz y de ahí no pasa. La fisioterapia no necesita proyectos piloto, los beneficios de la integración ya están sobradamente demostrados en estudios. Todos los equipos de Atención Primaria deben contar con personal fisioterapeuta integrado en la actividad diaria de los centros de salud.

Con esta actitud Osakidetza está privando a la ciudadanía de la labor de profesionales con grandísimos conocimientos en trastornos músculo-esqueléticos, neurológicos y de rehabilitación respiratoria, que tan bien nos vendrían para mejorar la atención de pacientes de covid y de covid persistente.