Iñaki Lekuona
Periodista
AZKEN PUNTUA

A pastar

Patois es un término despectivo con el que los francófonos monolingües señalan a aquellas lenguas del hexágono que no sean el francés. Sólo hay un idioma moderno, práctico e innovador. El resto no son más que hablas rurales, dialectos de labriegos y pastores que han merecido ser silenciados por el signo de los tiempos: una cruz monolingüe que fue católica, luego jacobina, más tarde gamada y ahora amagada. Cuando en estos sanjuanes en Donibane un grupo de salvapatrias mononeuronales se cruzó con un hombre que se dirigía a otro en euskara, una pregunta precedió a una paliza: ¿pero qué es ese patois? Con un aquí estamos en Francia le enviaron a golpes al hospital, que es a donde el gobierno de Emmanuel Macron quiere mandar a las lenguas minorizadas prohibiendo a golpe de constitución la educación inmersiva. Ni la manifestación multitudinaria hace unas semanas en Baiona, ni la que se organizó este pasado jueves en Donapaleu harán cambiar la estrategia de París. La República no alterará una coma la Carta Magna que avala esa política lingüicida que transforma la biodiversidad cultural en páramo de polvo y paja. Y es tal la discriminación lingüística implantada por la administración, que ungulados como los del otro día se sienten legitimados, y también impunes para patear. No les podremos echar a patadas, pero mañana en Donibane se les mandará a pastar.