El Ibex dio ayer su quinto paso consecutivo al alza, que le llevó a superar los 8.700 puntos. Pero la subida, que le alejaba de forma ostensible de los 8.300 puntos del cierre del 19 de julio, no fue fácil. La mañana pintaba mal, después de conocerse el pinchazo inesperado de la confianza empresarial en Alemania y la intención de China de intervenir todavía más en la política de inversiones de sus empresas en el extranjero. Así, el Ibex se pasó la mañana en terreno de pérdidas. A partir de entonces, inició una escalada que le acercó a los 8.800 puntos, aunque finalmente fijaba su último cambio en los 8.775,20 puntos, tras apuntarse un 0,67%.

En Europa, las subidas se imponían en Milán (+0,68%) y París (+0,15%), mientras que Fráncfort (-0,32%) y Londres (-0,03%) no lograron escapar de los números rojos de la mañana. Los mercados de renta variable contaron de nuevo con el apoyo de Wall Street, que volvía a marcar nuevos máximos históricos. A la hora del cierre en Europa, los tres índices principales sumaban en torno al 0,10%.

Dentro del Ibex, brillaron los valores turísticos. IAG, el mejor, subía un 4,68%, Meliá, un 2,98%, y Amadeus, un 1,66%.

El sector bancario también fue protagonista, con subidas notables en Sabadell (+4,11%), Bankinter (+2,65%), BBVA (+2,12%) y Santander (+2,02%). En la parte alta de la tabla se situaron, además, ArcelorMittal (+4,22%), Acerinox (+4,20%) y Repsol (+2,80%). Al otro lado de la balanza, sobresalió el desplome de Almirall (-11,64%), después de anunciar la pérdida neta de 42,8 millones en sus resultados del primer semestre. PharmaMar (-2,48%) y Cellnex (-1,87%) sufrieron castigos muy inferiores. Entre los grandes, solo Iberdrola (-0,67%) acabó con pérdidas.