Joseba ITURRIA
CICLISMO

Oier Aldama: «Ganar por primera vez y encima en casa es un sueño»

El escalador de Larrinde dio al Electro Alavesa su segunda victoria en diez días cuando solo había conseguido una en toda su historia.

Oier Aldama (Larrinde, 1999) dio el sábado al Electro Alavesa su segunda victoria en diez días tras la lograda por Endika Balza de Vallejo en la primera etapa de la Vuelta a Cantabria cuando en toda su historia el equipo nacido para dar oportunidades a los jóvenes alaveses solo había conseguido una con Julen Latorre en Lazkao la pasada temporada, también en setiembre.

La alegría fue mayor para Aldama porque la logró a diez kilómetros de casa en el campeonato de Araba en Garrastatxu, en Amurrio, donde jugaba a fútbol en el Kaskagorri hasta que por un problema de salud tuvo que dejarlo. En su segundo año cadete comenzó a andar en bicicleta en la Sociedad Ciclista Aiala, desde donde dio el salto al Aiarabike, estructura en la que cumple su cuarto año sub’23.

Aldama destaca que «ganar a diez kilómetros de casa es una felicidad terrible. Según estaba sprintando escuchaba a mucha gente conocida decirme que no parara, que no mirara para atrás y acabar la carrera y ver a todos los que conoces felices que vienen a felicitarte es la leche. Es un sueño ganar por primera vez y encima hacerlo en casa. No todo el mundo puede decirlo. Tras tantos años y sacrificios lograr esto es muy bonito».

A pesar de que veía tres corredores favoritos claros, entre ellos Julen Arriola-Bengoa, al que daba por seguro como campeón alavés, «planteamos la carrera para ganar el campeonato. Intentamos moverla desde lejos, reducimos mucho el grupo. Yo no pensaba en ganar, me descolgué a mitad de la subida final, pero como tenía gente conocida en cada curva seguí hasta que conseguí volver a entrar a falta de unos 500 metros. Según llegué, arranqué y no miré para atrás ni cuando cruce la línea de meta. Saqué unos metros y para cuando reaccionaron no pudieron cerrar el hueco».

Su victoria es la confirmación de una progresión, Ya fue cuarto en el Campeonato de Euskadi y séptimo en Murgia y Durana: «El año pasado a final de temporada me vi con los mejores y ésta temporada tenía la intención de dar un paso adelante compaginándolo con los estudios de Veterinaria en León. Tras acabar el curso cogí el covid en julio y en agosto he forzado. He competido sin estar al 100%, con restos del covid, pero tenía que correr porque se acaba esto».

La alegría de Cantabria

Le vino bien correr la Vuelta a Cantabria, donde acabó vigésimo tras ayudar el primer día a la victoria de su compañero Endika Balza de Vallejo: «Había coronado adelante y me dijeron por el pinganillo que tenía que coger a unos escapados. No sabíamos si Endika seguía en el grupo, pero tenía muchas opciones al sprint y cuando le vi levantar el brazo estaba tenso hasta que me confirmaron que ganó».

Destaca lo especial que resulta ganar para un equipo modesto: «Es una alegría ver al compañero vencer. Uno gana, pero hay un trabajo detrás. Compites en el ciclismo contra los mejores, no hay una segunda división. El más modesto corre con el mejor y esos equipos grandes cuando nos pusimos a trabajar te miraban como diciendo ¿a dónde vas, qué hacen los de Zuia tirando? Cuando ganamos la etapa es una alegría tremenda ver que el trabajo del equipo ha servido».

Por eso tras su éxito del sábado destaca que «es una victoria de todos, de los patrocinadores, de toda la gente del equipo, con nuestros directores, que no cobran dinero y pierden el tiempo por ayudarnos a nosotros. Hay que agradecer a toda esta gente del equipo que me ha permitido correr, que me ha apoyado para seguir estudiando y que me ha dado la oportunidad de competir estos cuatro años con ellos. Por eso el sábado fue bonito ver a los directores, a la gente del club y de la zona que está metida en el ciclismo y que se alegró más que si hubieran ganado ellos. Fue bonito e inesperado».

Ahora quiere aprovechar su momento de forma en las dos últimas carreras de Oñati y Ereño: «Iré con intención de pelear. Ganar no sabes cuando se gana, pero el equipo se merece que luchemos. Aunque no ganemos, que demos de qué hablar, que la gente diga que los de Electro-Alavesa lo han puesto difícil».

Con 1,71 y 57 kilos echa en falta puertos más largos en el calendario vasco. «No hay ninguno de más de diez minutos, las carreras son más repecheras. Me interesan que sean más duras porque con 57 kilos no queda otra que ser escalador, pero este año he logrado una punta de velocidad para meterme en esos grupos. Llegar solo es más difícil y la punta de velocidad me ha ayudado cuando llegamos quince a meterme en el Top 10».

«Tengo algunas ofertas y no está nada decidido»

Sus actuaciones han llamado la atención de otros equipos. Reconoce que «tengo algunas ofertas, pero no está nada decidido. Estaba pensando en dejarlo por los estudios, que empiezo ahora el último año si todo va bien. Llevo cuatro compaginándolos sin poderme dedicar a la bici, pero me gustaría seguir porque disfruto. Me han tocado equipos que algo me pueden pagar, pero con 700 euros no puedo arriesgarme a no acabar la carrera pagando lo que me cuesta vivir en León hasta julio viniendo fines de semana a correr. No sé qué haré. Es el hándicap que hace todo más difícil».

En ese debate se decanta por seguir: «Piensas en dejarlo, pero ahora estoy bien, en forma, ves que sacas la carrera y ¿por qué no vas a disfrutar un año más? Aunque estoy contento con el Zuia, con mis amigos, y no es algo que me obsesione, sí me apetece vivir una experiencia diferente, correr vueltas con puertos más duros que me pueden venir bien».J.I.