Imanol INTZIARTE
DONOSTIA

La batalla por el Bellas Artes no ha dicho su última palabra

La reforma del Bellas Artes de Donostia para ser convertido en alojamientos turísticos está en el aire. El alcalde Eneko Goia defiende que la licencia cumple con todos los requisitos, mientras que la asociación Áncora le emplaza a dar marcha atrás y salvar «un icono urbano» .

El alcalde de Donostia, Eneko Goia, defendió ayer que la licencia para reformar el edificio del Bellas Artes y convertirlo en alojamientos turísticos cumple «el marco legal aplicable», ya que ha sido otorgada teniendo en cuenta su «nivel de protección» del que goza a día de hoy.

Goia respondía de este modo a una pregunta en referencia al auto del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 3 que ha ordenado paralizar el derribo del interior del inmueble, como medida cautelar reclamada por Áncora, asociación que trabaja por la conservación el patrimonio arquitectónico de la ciudad.

El auto se dio a conocer el lunes, aunque lleva fecha del día 8. El magistrado daba un plazo de tres días al Consistorio y a la empresa propietaria SADE para que «aleguen lo que estimen procedente». Al mismo tiempo, decretaba la paralización de las obras para impedir «un perjuicio irreparable o de muy difícil reparabilidad».

«Tenemos la tranquilidad y el convencimiento de que el Ayuntamiento ha hecho lo que hay que hacer, lo que se puede hacer, dentro de los márgenes de la legalidad que está obligado a cumplir», insistió Goia.

«Lo único que deseo es que la situación se desbloquee» porque «las consecuencias de todo lo que ha pasado hasta ahora están a la vista», subrayó en alusión al estado de ruina en que se halla el Bellas Artes tras casi tres décadas en desuso.

«Solo sobrevivirá el 20%»

El portavoz de Áncora, Alberto Fernández D’Arlas, compareció junto a representantes de todos los grupos de la oposición municipal –EH Bildu, Elkarrekin Podemos y PP– para pedir al equipo de Gobierno local que «dé marcha atrás».

Según su análisis, aunque el proyecto aprobado «se ha querido disfrazar de rehabilitación respetuosa y conservadora», en realidad «tras esta intervención solo sobrevivirá un 20% del edificio original».

«No solo implica la destrucción completa del interior sino que autoriza una modificación sustancial en el diseño y composición de las fachadas para poder habilitar plantas de garaje y 84 apartamentos turísticos, obteniendo el máximo aprovechamiento lucrativo en la parcela», explicó Fernández D’Arlas.

Remarcó que «al otorgar licencia para transformar el Bellas Artes en alojamientos turísticos, se han cruzado todas las líneas rojas, porque es mucho más que un viejo cine en desuso. Se trata probablemente del inmueble más valioso de nuestra arquitectura civil. Es un icono urbano, es un símbolo de San Sebastián, uno de los pocos palacios del cine anteriores a la Primera Guerra Mundial que hay en Europa».