D.L.

El cisma entre militares y civiles pone en riesgo la difícil transición política en Sudán

La coalición entre el Ejército y el Frente para el Cambio (FLC) que propició la caída del autócrata Omar al-Bashir se encuentra en crisis tras el intento de golpe de Estado del pasado setiembre y la escisión interna de la coalición civil.

El comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Sudán, general Abdelfatah al-Burhan, ha tenido que reiterar el compromiso del Ejército para compartir el Gobierno con el poder civil entre rumores de un golpe de mano aprovechando las disensiones en el seno de los partidos que en 2019 echaron del poder al autócrata Al-Bashir tras 30 años en el poder.

Al-Burhan hizo esas declaraciones durante la visita a Sudán de Vicky Ford, secretaria de Estado de Asuntos Africanos de Gran Bretaña, antigua potencia colonial aún muy influyente en el país africano.

Sudán está inmerso en un proceso de transición desde que se estableció un Ejecutivo transitorio en un pacto entre la coalición opositora Fuerzas para la Libertad y el Cambio (FLC), que agrupó a partidos, sindicatos y grupos rebeldes; y el Ejército, que dejó caer a quien había sido su valedor desde el poder. El objetivo del pacto era convocar unas elecciones democráticas.

El pasado 21 de setiembre, las autoridades sudanesas frustraron un golpe de Estado militar del que responsabilizaron a los «remanentes» del viejo régimen.

El primer ministro , el tecnócrata Abdallah Hamdok, exigió «reformar los órganos militares y de seguridad», lo que provocó el malestar del Ejército.

«Casualmente», una escisión del FLC movilizó el sábado a miles de sus seguidores, que desde entonces protagonizan una sentada frente al palacio presidencial para exigir la disolución del Gobierno y la entrega de todo el poder a los militares.

El canal histórico del FLC sigue exigiendo el traspaso progresivo del poder a los civiles con el horizonte de las elecciones de finales de 2023 y sacó ayer a la calle a cientos de miles de personas en Jartum y otras ciudades sudanesas.

Ambos bandos hicieron llamamientos a evitar enfrentamientos en un país asolado en un marasmo político y económico, desestabilizado por el intento de asonada hace un mes y escenario de todo un ballet diplomático. El miércoles llegó el diplomático estadounidense Payton Knopf. Mañana llega el emisario de EEUU para el Cuerno de África, Jeffrey Feltman.