Rebecca Guerra Pérez
Historiadora del Arte
KOLABORAZIOA

Javier Viar y la grandeza del Bellas Artes

El pasado jueves 28 de octubre recibíamos la triste noticia del fallecimiento de Javier Viar, una de las figuras más destacadas de la vida cultural bilbaína de las últimas décadas. Conocido públicamente sobre todo por su puesto como director del Museo de Bellas Artes de Bilbao entre los años 2002 y 2017, la suya fue una personalidad inquieta, vinculada a intereses variados como la literatura, el cine, la música y, por supuesto, el arte. En su cometido institucional, su gestión estuvo principalmente orientada al enriquecimiento cultural del museo bilbaíno, sin desmerecer su labor en la promoción de exposiciones de gran relevancia, capaces de superar su habitual número de visitantes.

A diferencia de sus predecesores en el cargo, Viar no protagonizó durante su mandato ninguna reforma de ampliación de las instalaciones del Bellas Artes, pese a haberse mencionado estos días con especial énfasis su relación con la cuestión, algo que parece ser más bien una oportuna búsqueda de justificación del proyecto de ampliación y reforma que actualmente plantea la institución bajo la dirección de Miguel Zugaza y cuya legalidad ha sido más que cuestionada (el pasado 4 de octubre el proyecto de ampliación «Agravitas» era denunciado ante la Fiscalía de Medio Ambiente y Urbanismo de la CAV y ante la Fiscalía General del Estado, competentes en juzgar delitos contra el patrimonio histórico).

Debemos retroceder al año 2009 para ver a Viar y al también fallecido alcalde de Bilbao Iñaki Azkuna compartiendo la idea de solucionar un problema tan antiguo como lo es el propio museo: la falta de espacio para la conservación y exhibición de sus colecciones. En aquel entonces no se trataba de promover su «ampliación», sino su «expansión»: ante la limitación espacial del actual emplazamiento del edificio del Bellas Artes, la «ampliación» de su sede habría supuesto la invasión del Parque de Doña Casilda y, entre otras cosas, la eliminación de algunos de sus árboles centenarios (ámbito protegido en el Plan General como Conjunto de Conservación Integral), mientras que la «expansión» propuesta por Viar y Azkuna no sólo evitaba este hecho, sino que suponía la reutilización de arquitecturas notables de la ciudad, como el Palacio Olabarri del Campo Volantín. Pese al empeño inicial de ambos, la iniciativa terminó alejándose en el horizonte de las dificultades económicas del momento para terminar ahogándose definitivamente con el fallecimiento del alcalde bilbaíno.

En lo sucesivo, Javier Viar no prosiguió con la idea. Sólo un año antes de abandonar la dirección del museo, en mayo de 2016, afirmaba en una entrevista realizada en una televisión local que lo más relevante de su colección estaba ya expuesto en sus salas, soslayando así la necesidad de contar con más espacio a tal efecto. Un año después, sin embargo, la llegada a la dirección de Miguel Zugaza le hacía apoyar la iniciativa de una ampliación propiamente dicha. Lo hacía en coexistencia con otras declaraciones suyas acerca de las dificultades que había tenido que enfrentar en sus quince años de mandato (debiendo capear, según sus propias palabras, una «crisis de narices» y «unas restricciones muy fuertes»). Con ello evidenciaba un posicionamiento circunstancial, dirigido a favorecer una transición tranquila con su sucesor y muy seguramente desde el convencimiento de que él no había necesitado ampliar el Bellas Artes para engrandecerlo.