El presidente interino de Egipto, Adli Mansur, emitió ayer un decreto-ley por el que se limita drásticamente el derecho de manifestación y reunión y que obligará a los convocantes de concentraciones a pedir un permiso previo a la Policía, limitando los lugares donde pueden desarrollarse protestas. Grupos de activistas y defensores de los derechos humanos han alertado de que ese tipo de normas restringe el derecho de manifestación pacífica. Los Hermanos Musulmanes afirmaron que esta legislación «es propia de un gobierno golpista que no reconocemos y contraria a la Constitución».