Aitor AGIRREZABAL Glasgow
PROCESOS INDEPENDENTISTAS

Hoja de ruta a una Escocia soberana

El Libro Blanco, la guía que propone el Gobierno escocés en caso de que el resultado del referéndum fuese positivo, confirma la apuesta por mantener la libra y la intención de continuar dentro de la Unión Europea.

El primer ministro escocés, Alex Salmond, y la viceprimer ministra, Nicola Sturgeon, presentaron la Carta Magna de la Escocia independiente en el Centro de la Ciencia de Glasgow. Ante más de 200 periodistas sacaron a la luz la guía, que en sus 670 páginas responde 650 cuestiones sobre cómo se podría desarrollar el posible nuevo estado. Para Salmond, hay una cuestión por encima del resto: «La gente que vive y trabaja en Escocia es la mejor gente para tomar las decisiones de Escocia».

La propuesta del SNP ha aclarado ciertos aspectos sobre los que la población escocesa estaba demandando respuesta. Uno de los debates de las últimas semanas lo ha centrado la divisa, y la guía presentada ayer ha confirmado que el Gobierno escocés pretende mantener la libra esterlina. Desde el ejecutivo escocés entienden que esta medida sería beneficiosa tanto para Escocia como para el resto del estado actual. Del mismo modo, Salmond defendió que esta divisa es tan escocesa, como de cualquier otra de las naciones de Gran Bretaña.

En otro punto, la hoja de ruta aprueba mantenerse dentro de la Unión Europea, para lo que esperan comenzar las negociaciones nada más se conociese la victoria del Sí en el referéndum. De esta forma esperan poder garantizar «una transición sin problemas», en una continuidad de la Escocia que ya es miembro, pero pasando a tener representación directa en sus órganos.

Isabel II, jefe de Estado

El pueblo de Escocia tendrá la oportunidad de decidir su futuro el próximo 18 de setiembre de 2014, año con evocaciones románticaas al norte de la isla, ya que se cumplen 700 años de la victoria de las tropas de Robert Bruce sobre la armada de Inglaterra en la batalla de Bannockburn.

En caso de que el resultado sea positivo, la independencia se declarará el 24 de marzo de 2016, mientras que mes y medio después, el 5 de mayo, tendrán lugar las primeras elecciones. El parlamento electo deberá convocar una asamblea constituyente que redacte una constitución, que mantendrá a Isabel II como jefe de Estado, al igual que el resto de los 16 países de la Commonwealth. Esto sería así hasta que el pueblo escocés decidiese lo contrario.

Otra de las cuestiones que se confirmó fue la retirada de los submarinos nucleares que se encuentran en aguas escocesas. Pese a mostrar su oposición durante años, Escocia ha tenido y tiene una de las mayores concentraciones de armas nucleares del mundo. Ahora, afirman que «seguirán haciendo contribuciones» a los acuerdos colectivos de defensa, en el marco de la OTAN, pero que los submarinos nucleares desaparecerán de aguas escocesas antes de 2020. Cabe recordar que el SNP cambió su histórica oposición a la OTAN hace unos años.

Servicios públicos

En temas económicos, el Libro Blanco reafirma la idea de una Escocia viable lejos de las políticas de Gran Bretaña. Para ello hace un análisis de lo que han sido los ingresos per cápita al norte y al sur de la frontera en los últimos años, que serían un 20 % superior al norte, teniendo en cuenta el gas y el petróleo del Mar del Norte. Una economía saludable con la que el Libro Blanco asegura que no será necesario subir los impuestos sobre la renta.

Del mismo modo, apuestan por unos servicios sanitarios públicos, al igual que la educación, incluida la superior. Siguiendo el esquema de esta guía, se abolirá el «impuesto dormitorio», que ha sido rechazado en las urnas escocesas pero impuesto desde Westminster. También se apuesta por la renacionalización del servicio postal, privatizado hace varias semanas.

Otra de las medidas que propone el Gobierno Escocés es un servicio de cuidado gratuito de los niños a partir de su primer año, lo que supondría el retorno al mercado laboral de toda una generación. Además, calculan que este servicio crearía 35.000 puestos de trabajo. Finalmente, también se establecería un único nivel de pensión que cobrarían todos aquellos que estuviesen en edad de jubilación, una edad que en Londres quieren ampliar hasta los 67 años.