GARA BILBO

La directora de Loiu defiende que el aeropuerto es seguro tras los últimos cambios

Cristina Echevarría no hace referencia en esta entrevista con Efe a las espectaculares maniobras de aterrizaje que se han vuelto a ver estos días de fuertes vientos, sino a una polémica con pilotos y controladores.

La directora del aeropuerto de Loiu, Cristina Echevarría, defiende que esta es una instalación segura, como corresponde a un sector, el de la aviación, que es el que más controles pasa en el mundo, y achaca las últimas polémicas a que está costando adaptarse a los cambios.

En una entrevista con la agencia Efe, la directora del aeródromo vizcaíno también se muestra favorable a que se mantenga el horario «extra» de cierre, pendiente de una negociación de los controladores en la que el aeropuerto no interviene, y explica que, a pesar de la bajada de viajeros, este año el aeropuerto espera obtener beneficios.

Loiu ha sufrido en 2013 una pérdida de pasajeros del 9% hasta noviembre, pero precisamente el mes pasado se notó un cambio de tendencia, ya que la rebaja fue del 1,7%. «No es para echar las campanas al vuelo, pero se ha suavizado mucho la caída. Esperamos que en los próximos meses estos valores pequeños sean en positivo». A este dato, Echevarría añade otro en tono optimista: las compañías aéreas que operan en Bilbo han aumentado en los últimos meses la ocupación de los aviones, el primer paso para que operen con aparatos más grandes o aumenten las frecuencias.

Destaca la contribución del aeropuerto a la economía vizcaína -trabajan aquí dos mil personas- y que tenga beneficios, aunque sean pequeños (el año pasado ganó 280.000 euros).

Punto de espera

Echevarría hace referencia a la polémica por el nuevo punto de espera de los aviones, que funciona desde marzo. Antes, las aeronaves esperaban mucho más cerca de la cabecera de la pista. La directora explica que un decreto del año 2009 establecía que antes de 2016 los puntos de espera debían satisfacer unos nuevas normas de seguridad. El anterior punto no las cumplía, ya que, aunque solo fuera en teoría, los aviones que se encontraban allí en espera pasaban a interferir virtualmente la aproximación de los que aterrizan.

De ahí surgió el nuevo punto de espera, «para cumplir la norma», lo que «ha hecho que tanto los pilotos como los controladores tengan que cambiar la forma en la que trabajan». «Entiendo que se están adaptando y está costando», añade, pero deja claro que «no se puede volver a la situación anterior, que es ilegal, porque no cumple la normativa de seguridad». E insiste en que «el punto nuevo es un punto seguro».

Los pilotos y controladores han insistido en volver a la situación anterior, y así se lo van a plantear a la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), pero Echevarría considera dudoso que, por esta protesta, ese organismo vaya a modificar una norma «que es europea y que obliga a todos los aeropuertos europeos».

Mientras tanto, afirma que «todo el mundo puede estar seguro» porque «los requisitos que se cumplen en aviación son los más exigentes y seguros».