Fede de los Ríos
JO PUNTUA

Jóvenes Aunque Sobradamente Adoctrinados

Lo del calificativo de «ladrones» para describir a «emigrantes» y a «vascos» parece formar parte del acervo cultural del sector centrista navarro

En estas tan, tan, tan entrañables fechas en las que los peces en el río beben y beben y vuelven a beber por ver a Dios nacer. De lo cual podemos deducir que es el nacimiento de Dios la principal causa que aboca a los vertebrados acuáticos dotados de aletas a la bebida y no la necesidad de captar, merced a sus branquias, el oxígeno disuelto en el medio al que pertenecen.

Pero no son los ectotérmicos con cuerpo escamoso los únicos seres que en estos días beben y beben y vuelven a beber, a tenor de las últimas noticias aparecidas en los medios. Al hijo del alcalde de Iruñea el nacimiento del niño Dios le ha jugado una mala pasada. Moralmente impelido a la ingesta masiva del líquido elemento, por la Natividad del Señor y disponiendo únicamente, como humano que es, de una elástica aunque limitada vejiga urinaria a la que los uréteres no paraban de anegarla con fluidos espirituosos; no pudo hacer otra cosa que vaciar, mediante micción en vía pública, aquél odre rebosante. Con tan mala fortuna que la parábola descrita desde la punta de la chorra del vástago del alcalde y el firme de la acera fuera vista por unos policías municipales. Al comunicarle los uniformados que el alivio obtenido gracias a la relajación del esfínter le iba a comportar una multa, el joven, confundido a buen seguro por los vahos etílicos, en lugar de responsabilizar a Dios del imperativo de beber, beber y volver a beber, les llamó «hijos de puta» por fijar su mirada en él y no en los que «seguro están robando por ahí. Hay un montón de emigrantes, hay un montón de vascos y jodiendo a los parados».

La ley de «Seguridad ciudadana» que votó UPN contempla multa de hasta 30.000 euros por insultar a un agente de la autoridad. A todas luces excesivo. Pido a los tildados hijos de puta que no se muestren duros con él, al fin y al cabo el de puta no es uno de los peores oficios que alguien puede desempeñar y el pobre muchacho es hijo de un alcalde de los de sueldo, sobresueldo y dietas. Lo del calificativo de ladrones para describir a «emigrantes» y a «vascos» parece formar parte del acervo cultural del sector centrista navarro. Tan sólo hace unos días, los alumnos de uno de sus colegios homosexuales concertados y muy católicos, (es decir, donde alumnado de un mismo sexo adquiere los valores formativos que le acompañarán toda la vida), representaron una «obra de teatro» en una residencia pública de ancianos colindante, durante la cual denunciaban la invasión de Navarra por parte de «comercios chinos» y «empresas vascas» de alimentación como Eroski y Ogi-berri. Al hacha y la serpiente se les ha unido el dragón de Fuman-chú; si no fuera poca la creciente amenaza vascongada del modelo D ahora, además, el peligro amarillo de un todo a cien en cada esquina.

Si hasta la clínica donde se realizan los abortos en Navarra, donde jóvenes de bien junto su arzobispo acuden a orar, pertenece a un televisivo ginecólogo bizkaino. Converso de derechas, hombre de orden sí, pero vascongado y con pasado cercano al maoísmo.