Iñaki LEKUONA
Periodista
AZKEN PUNTUA

Las fotos de Marianne

Con un índice de popularidad a la altura del polvo, con tres de cada cuatro ciudadanos descontentos con su gestión, François Hollande ha decidido bajarse los pantalones y mostrar, entre una maraña de oscuras excusas, un pedazo de plan de recortes de 50 mil millones de euros para los tres próximos años. La mejor foto en esa nueva postura se la ha sacado el Nobel de economía Paul Krugman. Colgada en una tribuna en el The New Tork Times y titulada «Escándalo en Francia», la imagen retrata a un Hollande que lejos de romper con «la ortodoxia de las políticas destructivas de austeridad», la ha abrazado con obscenidad, cayendo en «la sumisión imperante, una sumisión que ahora se ha convertido en descalabro intelectual».

En una segunda foto, publicada ésta por la revista Coser, aparece el atractivo presidente saliendo del portal de un edificio de apartamentos a donde presuntamente acude a pasar noches de pasión con una mujer que no es su pareja. Alto, ha advertido Hollande, esto es una cuestión privada. Su novia, bueno, su exnovia, no piensa lo mismo. Ha corrido al hospital más próximo para que la traición tome tintes de melodrama.

En la tercera fotografía también aparece Hollande, aunque esta vez tachado en la pancarta de uno de los miles de manifestantes antiabortistas que ayer tiñeron París de amarillo y rojo para reclamar, con el apoyo del Papa, el mismo marco legal español en la cuestión del aborto. En una cuarta foto, aún por revelar, aparece Marianne, uno de los símbolos de la República, solicitando la ciudadanía sueca, no se sabe si por la política de recortes, por despecho a Hollande o por esos franceses blandiendo con pasión torera la bandera rojigüalda.