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Rusia y potencias occidentales cruzan acusaciones sobre Ucrania

Las potencias occidentales y Rusia cruzaron ayer acusaciones sobre el futuro de Ucrania, cuando la oposición ucraniana decía temer una «muy probable» intervención del Ejército para poner fin a las protestas. El ministro de Defensa, Pavel Lebedev, afirmó que el Gobierno no va a ordenar la intervención del Ejército salvo que se declare el estado de emergencia o la ley marcial. Kiev exige a la oposición que condene la violencia «terrorista» de los manifestantes.

El secretario de Estado norteamericano John Kerry expresó ayer el apoyo de EEUU y la Unión Europea «al pueblo ucraniano en su combate», poco antes de reunirse con la oposición ucraniana. «La lucha por una futura Europa democrática es más importante hoy en Ucrania que en cualquier otra parte», señaló el jefe de la diplomacia estadounidense durante un discurso pronunciado en la Conferencia de Múnich sobre Seguridad.

«Luchan por el derecho a asociarse con quienes les ayuden a llevar a cabo sus aspiraciones. Consideran que su futuro no depende de un único país», afirmó, en referencia a Rusia.

El posicionamiento de Kerry en favor de la oposición es el más claro expresado hasta el momento por Washington. Se reunió durante la tarde con el dirigente opositor Vitali Klitschko. El exboxeador había advertido previamente que temía una «escalada», estimando que en Ucrania «tenemos que evitar que se inicie una guerra civil».

En un encuentro en Múnich con responsables europeos, uno de los líderes de la oposición, Arseni Yatseniuk, alertó de una intervención «muy probable del Ejército» contra los manifestantes. El partido de la opositora encarcelada por corrupción Yulia Timoshenko afirmó que las autoridades ucranianas están considerando instaurar el estado de excepción para poner fin a más de dos meses de protestas.

El ministro de Defensa, Pavel Lebedev, manifestó que el Gobierno no tiene previsto ordenar la intervención del Ejército para disolver las protestas salvo que se ordene el estado de emergencia o la ley marcial, según declaraciones recogidas por el diario «Kyiv Post». Lebedev reiteró así sus declaraciones formuladas en diciembre, cuando compareció para desmentir los rumores de una inminente ofensiva militar para dispersar la acampada en la plaza de Maidan, sede de las protestas.

Moscú acusa a Bruselas

El Ejército exigió el viernes al presidente Yanukovich medidas de emergencia, ya que las protestas amenazaban «la integridad territorial» de Ucrania. Yanukovich está oficialmente en «baja médica» desde el jueves.

Rusia, que jugó un papel esencial para convencer a las autoridades ucranianas de renunciar al acuerdo de asociación con la UE, acusó ayer a los europeos de «alentar» a los radicales en Kiev. «¿En qué medida está relacionado el apoyo a las manifestaciones callejeras cada vez más violentas con la promoción de la democracia?», indicó el ministro ruso de Exteriores, Sergei Lavrov, en la Conferencia de Múnich.

La jefa de la diplomacia europea Catherine Ashton acudirá de nuevo a Kiev la próxima semana para «intentar ayudar a resolver el conflicto», que se ha saldado con al menos cuatro muertos y más de 500 heridos.

Desde que empezó el conflicto, Yanukovich hizo varias concesiones, como aceptar la dimisión de su gobierno, derogar un paquete de leyes que restringían la libertad de manifestarse y votar una amnistía para los manifestantes arrestados, pero los opositores rechazaron la condición impuesta: abandonar los edificios y calles ocupadas en un plazo de 15 días.