RAMÓN SOLA

Un plan de viabilidad para sacar18 puntos en 16 jornadas, tras un mercado que traía minicrisis

Pintaba tan mal el partido del Madrigal que la derrota no sorprendió a nadie. Y quizás tampoco a Gracia, que se tomó la noche de lunes para hacer algunos experimentos y/o refrescar ideas con curas de banquillo. Tras los dos últimos partidos, a cual peor, los pesimistas tienen motivos para apreciar un bache de juego. Pero puestos a ser optimistas, habrá que admitir con deportividad que no se ha perdido nada relevante: simplemente el nivel de este Osasuna no da para competir con dos equipos como Athletic y Villarreal, que le superan en fútbol, en pegada, físico, en espíritu, en todo... y que además están en racha.

El guión estaba cantado desde que Kike Sola marcó el 1-5 una semana atrás. Cualquier equipo que sufre este repaso, en el marcador y casi más aún en el juego, consagra el siguiente encuentro a recuperar la fe defensiva. Gracia no fue una excepción y diseñó el bloque para tratar de dejar la puerta a cero. El plan le duró 46 minutos y acabó de la peor manera posible, con un desajuste defensivo bochornoso. A partir de ahí, 44 minutos de basura que no arregla el lujazo de Oriol Riera a lo Ibrahimovic.

Lejos quedan los tiempos en que el mercado de invierno no abría ni las puertas en Iruñea. Las dos derrotas han coincidido con un vaivén excesivo para la tradición de este club, con llegadas precipitadas (Acuña), imprevisibles (Lobato) y hasta frustradas (Koné); con traspasos interruptus (Raoul Loé) o aún abiertos (Silva); con una cesión consumada (Echaide) y otra frustrada (Manu Onwu); con el retorno a Tercera de José García tras su aventura; y hasta con una auténtica resurrección (Nino). Si se le suma el runrún del interés del Everton en Oriol Riera, las dudas crecientes de Andrés Fernández, la invisibilidad de los dos laterales izquierdos naturales (Joan Oriol y Satrustegi) o la difuminación misteriosa de Oier, el resultado es que casi media plantilla ha estado en la incertidumbre estas semanas de enero. Y con ellos el resto, dado que cada movimiento redefine las opciones de sus competidores por el puesto.

Cerrado el mercado, que se acabe el despiste. Urge recentrar el equipo, comenzando por recontarlo. La primera duda a aclarar es si Gato Silva está fuera o dentro, porque si va salir hacia el Guangzhou como parece -sea ahora o después, cuando los chinos suban la cifra- el míster tiene que dilucidar a quién otorga la manija y empezar a trabajar con ello, y dados los mimbres la decisión se las trae. El segundo dilema, en la portería: parece probable que el Madrigal acabara con el crédito ya muy precario de Andrés y sea la hora de Asier Riesgo. Luego, definir cuál es el resto del equipo, quiénes son los recambios primeros y quiénes tendrán que esperar. Y concretar si el equipo va a ir a por tres puntos o a por uno, dónde y cómo. En suma, un plan de viabilidad para sumar 18 puntos en 16 jornadas: no parece tan difícil.