EDITORIALA
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Dolorosa afrenta que sigue sin ser reparada

El Ayuntamiento de Bilbo mantiene las distinciones concedidas durante el franquismo a cientos de personas que participaron activamente en el levantamiento militar que acabó con la II República o que fueron figuras de renombre en la posterior dictadura. A pesar de que un dictamen redactado hace dos años por encargo la de la Dirección de Derechos Humanos del Gobierno de Lakua recomienda su retirada, y de que el debate sobre la memoria histórica ha repuntado en los últimos tiempos, lo cierto es que solo una veintena de los títulos honoríficos han sido revocados, mientras medio millar de destacados fascistas siguen siendo honrados en la capital vizcaina «por los servicios prestados».

Y resulta que esos servicios forman parte de la historia más negra de este país y también del Estado español. Entre los condecorados figuran algunos de los principales protagonistas de las barbaridades cometidas por las tropas franquistas en Euskal Herria y los responsables de la brutal represión que caracterizó al régimen dictatorial del militar ferrolano. Así, entre quienes aun hoy conservan la medalla de oro del consistorio bilbaino se encuentran Alfredo Kindelan, responsable de la aviación que se coordinó con la Legión Cóndor, autora del bombardeo de Gernika; José María Areilza, primer alcalde franquista de la villa cuyo discurso apologético del fascismo sigue siendo recordado; José Félix Lequerica, que también fue primer edil y hombre clave en la detención del presidente de la Generalitat Lluís Companys y del intelectual socialista Julián Zugazagoitia, posteriormente fusilados; o incluso Luis Carrero Blanco, distinguido a título póstumo cuatro días después de fallecer en atentado de ETA.

Junto a ellos, una pléyade de militares y ministros de Franco e incluso instituciones ligadas a la dictadura como la Sección Femenina, la Policía Armada o la Guardia Civil. En todos los casos, una afrenta para los vecinos y vecinas de Bilbo y para el conjunto de la sociedad vasca, especialmente para quienes sufrieron de forma directa las atrocidades cometidas por quienes siguen siendo honrados como nobles servidores de la villa.