El mal sabor que se le quedó a la plantilla y parroquia rojiblancas tras cosechar su primera derrota casera de la temporada podría quedar mitigado si el Athletic regresa al camino de la victoria este próximo domingo en el Benito Villamarín. El desplazamiento es propicio, no solo porque se juegue contra un colista que está casi desahuciado, sino porque la más reciente estadística en ese campo augura un buen resultado.

De las cuatro últimas ocasiones en las que la escuadra vizcaina ha visitado el feudo bético -desde 2008-, en tres de ellas ha conseguido puntuar, con un empate y dos victorias a su favor. Ambos triunfos se produjeron en la 2008-09 y la 2009-10, mientras que la igualada se dio el año pasado, cuando Aduriz equilibró un 1-0 producto de un penalti transformado por Rubén Castro a los dos minutos de partido.

La única derrota que se ha producido en este reciente periodo de tiempo tomó forma en la 2010-11, concretamente el 11 de febrero de 2011, cuando un gol del lateral Nelson en el tiempo de descuento desniveló el empate provocado por los goles de Rubén Castro y Javi Martínez.

La inminente reedición del duelo entre verdiblancos y vascos va a estar marcada por la acuciante necesidad de puntos de ambas escuadras, cada una con objetivos bien diferentes. «Lo que no puede pasar es que la necesidad de ellos se imponga a la nuestra y le pongan más intención al partido o que salgan más puestos por ello», avisó Mikel San José, titular ante el Espanyol por la ausencia del sancionado Iturraspe.

Tener la posesión de la pelota

Un detalle trascendental que podría inclinar la balanza de un lado u otro será la posesión del esférico. «Si somos capaces de quitarles el balón, ser mejores y ponernos por delante, el ambiente allí no va a ser el mejor para ellos», apuntó el de Atarrabia, quien admitió que, «después de tres partidos sin ganar», puedan aparecer ciertas dudas en el entorno.