Raimundo Fitero
DE REOJO

Una de jamón

Hay mucha superstición ocupando señales de la TDT que compaginan horarios con las teletiendas. Es un mal síntoma. Demasiadas iglesias, aliviadores de realidades a base de ungüentos intangibles. Demasiados remedios para nuestras alergias. El monstruo se alimenta de anuncios reiterativos. A lo lejos se adivina un atizador de conciencias que todavía es un esbozo y que blande un blando látigo de reproches baldíos. Y para colmo hay una grave crisis del jamón.

Lo de Ucrania, Crimea, Rusia, Europa, la OTAN, el gas, los carburantes sólidos y la estrategia de la tensión tiene muy difícil solución. No hay diplomacia del pin pong, del caviar o del jamón que lo solucione. Se ha vuelto a agitar el cotarro, viene tiempos de equilibrio. El problema es que no sabemos qué banderas agitan. Serán matices en los escudos, porque parece que el motivo, la pulsión y la desilusión son los mismos. Unos defienden sus dachas, otros una identidad formada por capas ideológicas y religiosas desde muchos siglos, imperios y dinastías atrás. No hay una salida fácil, han llevado sus ejércitos, sus amenazas, y entramos en una nueva etapa de guerra gélida que va a servir para que China siga con su plan.

Pero existe una auténtica crisis del jamón ibérico. Este desgobierno del reino de España legisló de una manera abstrusa para intentar regular algo, pero nadie les ha hecho caso. La crisis es por excesos, porque se pensaban que los cerdos, las bellotas y la chacinería era un recurso sólido único y no se dieron cuenta de que los cerdos vuelan en jets privados. Y es muy fácil comprar animales de una especie, colocarlos en dehesas rumanas, chinas o brasileñas, darles de comer alguna bellota y mucho pienso y reproducir hasta el infinito el jamón de una calidad media.

Por eso y porque se creyeron que podían poner el precio que les diera la gana con sólo decir que era de pata negra, criado con bellotas, cuando era mentira, hay crisis. Están acabando con muchas piaras, cerrando fábricas y secaderos, ha bajado de manera considerable la exportación y el consumo interno. Los chinos ya producen suficiente para sus propios millonarios. Y en los todo a cien pronto venderán jamón chino.