Raimundo Fitero
DE REOJO

Códigos

Cuando un supuesto responsable del ministerio de Fernández Díaz, asegura con cuajo ante las cámaras del peligro «del terrorismo anarquista», se entra en un código de alerta social de categoría superior. Inventarse ahora mismo una idea de un terrorismo europeo de inspiración anarquista es una de las ocurrencias más miserables de los últimos tiempos. Amortizada en parte ETA, con Al Qaeda situada en otros horizontes por lo que el famosos terrorismo de inspiración islámica no vende, se inventan esa amenaza para justificar todas las barrabasadas que nos irán mostrando de manera concisa en las próximas entregas.

Es una obsesión de manual, un código de comportamiento aborrecible, pero muy usado. Lo utilizan vertical y horizontalmente. Es vivir en un estado paranoide, de crear falsas amenazas para mantener una actividad represora sin fin. Carta en blanco para detener, torturar y crear inestabilidad y violencia urbana para acabar con todos los movimientos ciudadanos. Aquí se conoce bien esta táctica, se ha vivido y se vive en esa indefensión. Sin pruebas, por aproximación, vestuario o supuesta afinidad ideológica se puede ser detenido, torturado, imputado, condenado. Es lo que buscan. Cualquier cosa a la se le llama terrorismo es objeto de todas las irregularidad, la impunidad de los agentes en cuarteles, cuartelillos y comisarías. Están preparando ese campo de impunidad. Antisistema, radical, anarquista. Estigmatizaciones criminales de un ministerio sospechoso.

La imagen más curiosa, incalificable, indefinida es la de esa mujer que de ser una chica Disney, recatada, juvenil, se ha ido convirtiendo en un objeto de deseo, en una maquinaria de crear escándalos para su propia mercadotecnia. Nos referimos a Miley Cyrus, que en su delirio, comenzó su concierto en Barcelona llevando una ikurriña en la mano, agitándola, probablemente sin saber qué significa, incluso puede ser que confundiendo el lugar donde actuaba y su senyera Los códigos de mercado, de publicidad, de crear empatías, de búsqueda de efectos posteriores. Ojo, nena, que hay muchos ojos que te espían. Y pueden acusarte de filoetarra, antisistema o anarquista. Estás en territorio acotado.