Jon Odriozola
Periodista
JO PUNTUA

Planeta «fúmbol»

Del recién finalizado Mundial de Brasil me quedo con dos cosas: la lucha social extraplanetaria, y una noticia que apenas tuvo eco y se sepultó para no molestar la bonhomía bienpensante que no gusta de mezclar el «deporte» con la «política». Me refiero al solidario gesto que tuvo la selección de Argelia de donar sus primas del Mundial a Gaza, masacrada por el Ejército genocida y nazisionista israelí esos días y por enésima vez. En total seis millones y medio de euros. O sea, igual que aquí.

Argelia disputó su primer Mundial en 1982, en la España del «Naranjito». Solo veinte años antes, el 5 de julio de 1962, logró su independencia después de 132 años de colonialismo francés. La Argelia que debutó en el Reino español empezó sorprendiendo con una victoria frente a la entonces RFA (que luego jugara la final y la perdiera frente a la Italia de Paolo Rossi). En la fase previa le birlaron la clasificación mediante un amaño descarado entre Alemania y Austria. Aquel equipo africano estaba dirigido por Rachid Mekhloufi y en él jugaban el gran Madjer, Mansouri o un tal Djamel Zidane -el tío de Zinedine-, sus principales figuras.

Mekhloufi, a finales de los 50, jugaba en un por entonces grande del fútbol francés: el St. Ètienne. En 1958 se celebraba el Mundial en Suecia (donde debutó un joven Pelé, hoy un lamebotas). El goleador argelino Mekhloufi fue convocado por los blues, junto con otras estrellas como Raymond Kopa o Fontaine. Eran favoritos junto a Brasil. Ocurrió que el 11 de julio, estando concentrado, Mekhloufi desapareció como por ensalmo junto con un compañero, Zitouni, también argelino. Solo dos días después, se formaba el equipo de fútbol del Frente de Liberación Nacional argelino. Allí estaban los dos. Y más que los dos. Nacieron los Fennecs o zorros del desierto. Renunciaron a sus carreras, consolidadas y/o prometedoras, a la vida fácil y cómoda que proporciona el fútbol profesional (si eres figura, claro). Y ello a sabiendas de que la FIFA no reconocía esa improvisada selección dado que no representaba a un estado independiente (la reconoció en 1964). Jugaron 90 partidos contra selecciones que entonces formaban parte del Movimiento de Países No-Alineados (les recibió Ho Chi Minh en Vietnam y Chu En-Lai, en China) luciendo la bandera argelina y recaudando fondos para su causa. O sea, igual que aquí.