Raimundo Fitero
DE REOJO

El show


El traslado del cura Miguel Pajares desde Liberia a Madrid, me parece que es uno de los actos más insultantes de los últimos tiempos. El show que ha montado el gobierno español, la trascendencia que le han dado los medios de comunicación, con todas las televisiones y radios retransmitiendo a primeras horas de la mañana la llegada del avión en directo, es un publirreportaje que calificaría de indecente. Tanto despliegue, tanto militarismo para rescatar a este cura que llega con el virus del ébola, provoca reacciones encontradas, porque de repente se ha destinado una cantidad de recursos inusitada para salvar, -¡qué casualidad!- a un religioso, mientras hay deficiencias, contrastables y manifiestas, en numerosos hospitales públicos que comprometen diariamente la salud de miles de ciudadanos.

En el hospital al que han trasladado al enfermo, el Carlos III de Madrid, han tenido conflictos graves, manifestaciones, luchas de los facultativos por las malas prácticas de la Consejería de Sanidad de Madrid en el mismo. Han habilitado una planta que estaba cerrada, para atender a una persona tomando unas medidas de seguridad y de aislamiento que parecen de película, y se destinan personal y medios de manera espectacular para quedar bien ante las cámaras, para vender una reacción solidaria de un gobierno insolidario metafísicamente.

Desde el mismo avión militar desplazado, la manera de transportarlo, la espera en la base militar de Torrejón de tres ambulancias del SAMU medicalizadas, tres para una persona, varios coches de apoyo, la vestimenta de los operarios, centenares de policías de todos los cuerpos, guardia civiles, helicópteros, todo forma parte de una puesta en escena desmesurada para epatar a los pobres ciudadanos atónitos ante el espectáculo. La pregunta tonta, ¿es una medida que se justifica desde la salud general como una solución médica viable o no? Ya tenemos el ébola en Europa. Nadie parece estar preparado para combatirlo. No existe experiencia para su tratamiento. Supongamos, en el mejor de los casos, que se ha hecho para salvar la vida al cura Miguel. Ojalá. De momento estamos ante una exageración publicitaria, un show delirante.