Raimundo Fitero
DE REOJO

Reacción


Desde el domingo, cuando sucedió, corre por las redes y las páginas especializadas un episodio televisivo de esos que abren paréntesis y acaban con puntos suspensivos. En una conexión en directo durante un noticiario de Antena 3, la corresponsal que estaba de guardia en el lugar donde estaban descansando de contar el dinero evadido el ex-honorable Jordi Pujol y su esposa, Marta Ferrusola, tuvo un problema con su locución, se trastabilló, se equivocó varias veces, intentó reanudar su mensaje y de repente reaccionó de una manera fulminante: salió de plano y se fue. Hasta luego Lucas.

Es una reacción comprensible. Pero seguramente esta mujer va a tener difícil encontrar otro trabajo en un medio de comunicación audiovisual para hacer directos en la calle, porque si algo aprenden en esos asuntos del reporterismo de alcance es la necesidad de aguantar los improperios, los temporales, las circunstancias diversas, los silencios ajenos y si uno se equivoca, templar los nervios, pedir perdón y recomponer la figura y seguir.

Claro que cada cuál tiene una reacción diferente ante las mismas adversidades o circunstancias. Y cuando se ponen a mostrarnos en esos programas recopilatorios de pifias, caídas o comportamientos extravagantes, vemos de todo. Quizás en este caso tenga un atenuante la reportera: es un asunto que aturde, apesta y está tratando con tantos contaminantes químicos de política tóxica que seguro sufrió una pérdida de consciencia transitoria debido a esa acumulación de miseria.

Otra cosa es la reacción que debería tener el programador de un canal estatal, público, como es La 2, cundo en una retransmisión de una misa en su programa doctrinario «El pueblo de Dios», se da cabida, de nuevo, a un cura homófono y filofascista como es el obispo de Alcalá de Henares, José Antonio Reig Pla y vuelve a lanzar sus diatribas reaccionarias y anti gays. Esto es reincidencia, complicidad en la comisión de un delito continuado. La impregnación de lo más radical de la iglesia católica española en todo cuanto se refiere a TVE es algo que forma parte de una política del gobierno de la banda de Rajoy. Es una demoledora cruzada mediática en toda regla.