Raimundo Fitero
DE REOJO

Conexiones


Dos maneras de entender la realidad: a) todo es casual, las cosas suceden porque tienen que suceder, hay un destino astral o divino que va configurando los acontecimientos de manera autónoma y b) utilizando una mirada más alambicada que nos coloca ante una serie de conexiones que van descubriendo las concomitancias de cosas que aparentemente son fragmentos independientes del caos. En medio de ambas, la publicidad engañosa, los concursos apañados y las tertulias de la nueva robótica seudo-política.

Nuestros ojos se llenan de cientos de ciudadanos africanos que llegan en barquichuelas de plástico a las costas donde les esperan varios uniformados con mantas de colores. Es un cuadro de un cromatismo exacerbado. Los relatos se funden entre el balbuceo de las autoridades incompetentes, los deseos de los recién llegados a una tierra de supuesta promisión y las cámaras de televisión que lo convierten todo en un amasijo de emociones encontradas. Nosotros, a este lado del electrodoméstico esencial, consumimos esos reportajes sin apenas reparar en que se nos calienta el tinto de verano con nuestra desidia.

Y es que el mensaje oficial es que hace calor, hay muy buen tiempo y por eso esos ciudadanos han decidido emprender ese peligroso viaje huyendo de sus propias sombras, de las situaciones económicas, políticas y en muchos casos de guerra en sus países. Eso no existe, no forma parte de la narrativa oficial. Lo importante es que se han rescatado en alta mar a cerca de mil personas, que cientos están en las vallas de la vergüenza colgados y que el gobierno en vacaciones manda quinientos efectivos represivos más.

Parece que todo ha sido un descuido de las autoridades marroquíes, incluso se llega a decir que se corrió la voz sobre una tregua a las mini-pateras y, uno que mira tantas veces amanecer, sabe que es ahora cuando el hachís está en su mejor momento. La cosecha del año empieza a ser exportable. Creamos un remolino informativo, una posibilidad de inmunidad. Y al final, uno presiente que estamos ante decisiones salvajes de cierres de fronteras inminentes: el ébola, las migraciones, las guerras de las guerra, construyen una jaula europea.