Jesús Valencia
Educador social
JO PUNTUA

Gaza y Euskal Herria

La última masacre sionista en Gaza ha convulsionado Euskal Herria. No podía ser de otra forma ya que agresores y agredidos cuentan entre nosotros con simpatías y afinidades. Israel ha establecido estrechos vínculos con la burguesía vasca y con los espacios que esta controla. Por lo que se refiere a Palestina, el movimiento internacionalista vasco siempre la ha mirado con gran simpatía; la solidaridad con este masacrado pueblo se expande y se va instalando, incluso, en ámbitos institucionales.

Los primeros disparos israelíes avivaron el terror allá y la indignación acá. A partir del 8 de julio, se multiplicaron las acciones de boicot a Israel. Una de las más tempraneras tuvo lugar en Bilbao delante del establecimiento de cosméticos Premier, cadena de productos fabricados por Israel en un asentamiento robado a los palestinos al borde del Mar Muerto. Si madrugadores anduvieron los internacionalistas, no fueron menos sus detractores. Tildaron de nazis a los concentrados y les amenazaron con sanciones legales. Quien así hablaba era la Asociación Cultural Euskadi-Israel Havtajá; grupo registrado en Euskal Herria con data reciente y argumentos viejos; los mismos que ha usado el sionismo desde que empezó a ser cuestionado.

Penoso es que Hatvajá profiera amenazas contra sus paisanos internacionalistas. Pero resulta todavía más lamentable que se sitúen en contra de judíos que denuncian el sionismo que soportan. El pensador israelí Ilan Pappe encuadra la operación Margen Protector en lo que él llama «genocidio progresivo»; el editor judeo-chileno Paulo Slachevski confiesa sentir orgullo y vergüenza de ser judío; el nonagenario escritor Uri Auneri dice de su país que «no es un Estado dotado de Ejército sino un Ejército dotado de Estado»; 60 jóvenes llamados a filas en Israel se niegan a realizar el servicio militar obligatorio («No podría mirarme a mí misma -dice una de las insumisas- si estuviera de acuerdo con lo que está haciendo el Ejército»); 56 reservistas se niegan a incorporarse a filas y lamentan haberlo hecho con anterioridad.

Si los activistas de Havtajá creen defender al pueblo judío debieran recordar las palabras que los Judíos Antisionistas le dirigieron a Mercedes Sosa cuando supieron que pensaba actuar en Israel: «Usted pueda pensar que se solidariza con nosotros. Actuando en Israel, usted no estará de nuestro lado, más bien nos estará traicionando».