Floren Aoiz
@elomendia
JO PUNTUA

Se llama subordinación y dependencia

IVA, Volkswagen, Convenio Económico Nafarroa-Estado español, recursos ante tribunales españoles, negociaciones, amenazas... el patio se ha agitado, está claro. Hay dinero en juego, algo que no sobra precisamente, pero hay algo mucho más importante, entre otras cosas porque de ello dependen las reglas del juego en torno al flujo de dinero. Hablo, claro está, del modelo de relaciones entre Nafarroa y España, eso que llevan tantos años intentando esconder tras la cortina de humo del «que vienen los vascos».

Es pronto para saber en qué quedará este sainete que se han montado Barcina y Montoro, ideológicamente tan cercanos, por otra parte. Hay quien dice que todo es un numerito para dar algo de oxígeno al PP en Nafarroa, que podría aparecer como el salvador del modelo del Amejoramiento tras una crisis que sería en realidad una tormenta en un vaso de agua. Es posible, pero el propio Montoro, en respuesta a Amaiur, adelantaba que el Gobierno de España, que no para de recurrir decisiones del Parlamento de Nafarroa, será leal con la Navarra que cree en España, y a mí esto me huele a amenaza y pura y dura ante lo que pueda suceder tras las próximas elecciones forales.

Sea como sea, todo esto nos recuerda que no tenemos un pacto con el Reino de España, sino una relación de subordinación, de dependencia. En un pacto entre iguales, cada una de las partes podría modificar los términos o romperlo, y en ningún caso un tribunal alineado con uno de los contratantes estaría en condiciones de tomar decisiones finales sobre el alcance del acuerdo. Esto último, como sabemos, es precisamente lo que ocurre con este falso pacto Nafarroa-España. La última palabra es siempre española y el futuro de Nafarroa, el económico y el político, depende de la voluntad del Gobierno y otras instituciones españolas. Igual que ocurre con la Comunidad Autónoma Vasca, claro.

La amenaza de Montoro es muy clarificadora. Están moviendo fichas ante la posibilidad de un cambio en el escenario político-institucional en Nafarroa. Su posición no es respetar lo que la ciudadanía navarra decida, sino jugar sucio, amenazar, presionar, chantajear... Mejor tomar nota de sus intenciones, nada sorprendentes por otra parte: es lo que lleva ocurriendo desde que la conquista militar a sangre y fuego de 1512 y se llama dependencia y subordinación de Nafarroa al Reino de España.