EDITORIALA
EDITORIALA

El «peligro» escocés no ha pasado

El pasado 18 de setiembre, al conocer el resultado del referéndum escocés sobre la independencia, los contrarios a ella y a la propia consulta, tanto en Gran Bretaña como en el resto de la Unión Europea, respiraron con alivio, tras haber comprobado que la posibilidad de que Escocia se convirtiera en un nuevo estado fue aumentando hasta contar con serias opciones de triunfo, como el propio resultado de la votación demostró. Respiraron y transmitieron el mensaje de que el «peligro» había pasado. Sin embargo, en el comienzo de la conferencia anual del Partido Nacionalista Escocés (SNP), tanto la nueva responsable del partido, Nicola Sturgeon, como quien lo ha sido hasta ayer -así como artífice del espectacular auge del independentismo escocés-, Alex Salmond, aseguraron que la lucha por la independencia no ha terminado.

Ciertamente, el referéndum fue la demostración a Europa y al mundo de que cualquier pueblo que desee ser dueño de su destino lo puede ser, en Asia o en Europa, incluida la UE, por vías escrupulosamene democráticas. El 18 de setiembre fue el día en que los escoceses tomaron la palabra, y la tienen. A finales de 2009 se estimaba que solo un 20% apostaban abiertamente por la independencia, y en menos de cinco años ese porcentaje subió al 45% que arrojó el referéndum. En ello ha tenido mucho que ver el proyecto que el SNP, con mayoría absoluta en el Parlamento escocés desde 2011, ha ofrecido a su país. Un proyecto que ha chocado y choca con la imposición de Londres no solo en lo político, sino también en lo económico y social, e ilusionó a gran parte de la población escocesa. Ayer Sturgeon se reafirmó en su apuesta por ese proyecto independentista, que conlleva también reforzar las políticas sociales y la educación o retirar las armas nucleares del país.

El supuesto «peligro» de que Escocia decida emprender su propio camino no ha pasado, sino que se ha fortalecido, al contrario que la posición de quienes ven un peligro en que la ciudadanía exprese su voluntad.