Alberto CASTRO
Al cierre

Máxima tensión

Las bolsas vivieron ayer una jornada de máxima tensión, en la que se pasó de un duro desplome a un fuerte rebote, sin que el escenario de fondo se hubiera modificado de forma ostensible. Y es que se acumulan los obstáculos para los alcistas. Además de la impertérrita caída del precio del crudo -en mínimos de cinco años y por debajo de 60 dólares en el barril de Brent-, se está erigiendo otro problema de magnitud todavía difícil de sopesar. En Rusia, se desploman a uno el rublo y la bolsa, sin que las medidas de Moscú puedan capear el temporal. La sorpresiva subida de los tipos de interés del 10,50% al 17% fue incapaz de fortalecer la moneda -llegó a bajar más de un 20%, pero cerró con un descenso del 5%-, mientras que la rentabilidad del bono a dos años traspasaba la barrera del 15% por primera vez. Asimismo, el índice RTS de la bolsa de Moscú se hundía un 12,41%. Pese a este escenario, el Ibex, tras perder temporalmente los 9.700 puntos, pudo remontar por la tarde hasta los 10.081,90 puntos, con un avance del 1,80%. Los giros al alza en Fráncfort (+2,46%), París (+2,19%) y Londres (+2,41%) fueron aún más contundentes. En el Ibex, brillaron Grifols (+7,11%), FCC (+5,08%) y BME (+4,59%). Los peores fueron Repsol (-0,35%) y Telefónica (-0,66%). La petrolera pagará 13.000 millones de dólares por Talisman Energy, mientras que la operadora de telecomunicaciones no ha logrado vender su filial británica O2 a BT. En París, subieron Gemalto (+5,20%) y Saint Gobain (+4,06%).