Anaitasuna y Gijón cierran la 20ª jornada liguera en Iruñea (12.30, Rajkiewicz y Tarczykowski -Polonia-), en un partido marcado por la necesidad de ganar para ambos, aunque por motivos completamente diferentes.

Anaitasuna no ha ganado ningún partido en febrero tras la reanudación de la Liga, con tres derrotas (en casa ante Benidorm y Zamora, y fuera en Barcelona) y un empate, el que consiguió la pasada semana en Aranda, con el alto coste de la lesión de Silva por un esguince de rodilla que le tendrá de baja un mes aproximadamente (Villa de Aranda tuvo peor suerte, porque perdió para el resto de la temporada al lateral brasileño Patrianova, con rotura total del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha que le obligará a pasar por el quirófano).

La lesión de Silva obligará a Iñaki Aniz a reajustar su ataque por la falta de su máximo goleador, que además es su principal recurso de lanzamiento desde larga distancia, pero el asunto principal es sumar una victoria «para soltar un poco de lastre», en palabras del propio técnico navarro, y evitar entrar en una espiral de resultados negativos que pese al equipo.

Pese a la mala racha, Anaitasuna está a 3 puntos de la cuarta plaza, que debería ser su principal objetivo en las once jornadas que restan, y sus rivales (Cangas, Benidorm, Ademar) tampoco muestran una regularidad que les haga inalcanzables.

Los problemas del Gijón son completamente diferentes. Es el último clasificado, con 6 puntos, y tiene un pie en el descenso. La semana pasada afrontaba una cita dramática en casa ante el Aragón, que de haber perdido le habría dejado prácticamente desahuciado, pero logró ganar (26-24) y, aunque su situación sigue siendo muy complicada (ahora mismo 8 puntos le separan de la permanencia), llegará a Iruñea con cierto ánimo para tratar de volver a sumar.