Dan ganas de llorar al comprobar el expolio que se está llevando a cabo en Navarra por parte de aquellos que se proclaman paladines del más rancio navarrismo. Pretenden atemorizar a la población para obtener su voto so pretexto de que vienen los vascos. Este tipo de recursos es siempre utilizado por los más recalcitrantemente fachas para sembrar el miedo e intentar que todo siga igual y, sobre todo, para seguir mangoneando siendo los dueños de la barraca.

Ahí está el reciente ejemplo de Escocia en que se difundieron todo tipo de bulos para evitar el voto a favor de la independencia, incluyendo que la gente se iba a quedar sin los préstamos hipotecarios, porque los bancos prestamistas eran ingleses.

«O nosotros o el caos» proclaman y propagan mensajes que coartan la libre decisión de los ciudadanos a base de insuflar el terror entre las masas, y eso, es pura y simplemente terrorismo.

Durante el mandato de UPN se ha producido la ruina de la otrora prospera Navarra, que hasta hace bien poco gozaba de una economía saneada y era envidia de sus vecinos, por ejemplo, por el excelente estado de sus carreteras.

El caso de Caja Navarra es paradigmático, la han arruinado y no han dejado ni los cuadros que colgaban de sus paredes. Dietas dobles y abusivas que se percibían sin moverse del sitio, creación de órganos innecesarios y duplicados para justificarlas y operaciones oscuras de concesión de créditos a los amiguetes figuran en el amplio catalogo de desmanes.

El deseo de hacer grandes obras publicas a toda costa con la finalidad que cualquiera puede suponer ha llevado a financiar las obras de un TAV que tiene su estación terminus en un erial. Así que ahora no hay un duro

Y ¿qué me dicen de Osasuna? Resulta, supuestamente, que con el dinero que dejaban de pagar a Hacienda se dedicaban a comprar partidos y vaya usted a saber qué más, porque en estos asuntos tenebrosos es más que probable que los encargados de las transacciones se metieran al bolsillo su lógica comisión como retribución por sus desvelos para salvar el club. Y encima de enfangarlo lo han dejado en la ruina económica y deportiva. Probablemente, lo que están buscando es que desaparezca, porque no les gusta que el equipo tenga nombre en euskera y lo quieren sustituir por el de Ático CF, en homenaje a la presidenta Barcina.

Bueno, y a Ignacio González.