Miren Sáenz
Entrevista
José Luis Korta
gara-2022-09-01-Entrevista
Fotografía: Jagoba Manterola | Foku

«Más que las banderas que he ganado, me importan las casi 50 veces que he participado»

Es la persona más laureada en la regata de La Concha. Su colección de banderas sigue siendo insuperable. También las veces en las que ha participado; y sigue sumando, esta temporada ha vuelto como entrenador de Kaiku.

José Luis Korta llega a la entrevista en la remodelada redacción de GARA en Igara, un barrio que recuerda muy bien de los tiempos en los que trabajaba de representante en Gurelesa. Ha venido desde Castro, donde se estableció hace años y, entre otras cosas, se entretiene por las mañanas dando de comer a los perros y cuidando la huerta de un amigo que, con el abrasador calor de este verano, le trae de cabeza. Por la tarde entrena a Kaiku, el club que le fichó la pasada temporada y con el que ambos regresaron a la máxima categoría del remo. Mientras ojea un ejemplar de 7K menciona: «Hace tiempo ya me sacasteis, muy bonito por cierto», dice. Con otros soportes periodísticos no es tan generoso. Anclado en el formato tradicional, la información online no es plato de su gusto: «Los viejos necesitamos el papel».

En las distancias cortas es amable, conversador y tiene una opinión para todo. Su mirada y su voz transmiten nítidamente sus emociones que van de la risa a la ironía, pasando por la indignación y algún instante de tristeza. En cuanto hay público, Korta se viene arriba mientras saluda a los trabajadores de Gara, Naiz y Naiz Irratia. Con él, sobran las presentaciones.

Como deportista acumuló un palmarés espectacular y como entrenador ha visitado unos cuantos clubes. Es la persona más laureada en la regata de La Concha, nadie tiene tantas banderas. En el coche, de camino a los concurridos escenarios de esta competición centenaria, nos hace a “boli” un cuadro con todas sus victorias ordenadas por años. No son 17, como apuntan algunas informaciones, sino 16. Ha ganado en ocho ediciones como remero: con Orio (1970, 1971 y 1972), con Lasarte-Michelín (1973), con Kaiku (1978, 1980, 1982) y con Castro (2001); en tres como patrón (1992, 1997 y 2001), dos con Orio y una con Castro; y en seis como entrenador (1981, 2009 y 2012 con Kaiku, 1996 con Orio, 2002 y 2006 con Castro). Aunque sumen 17, lógicamente cuenta como una la de 2001, en la que ejerció en la eliminatoria de patrón, en la primera regata como remero y en la segunda como patrón «lo que creo que no había hecho nadie», resalta. La consiguió a los 51 años, una hazaña.

Con otras estadísticas tiene dudas. La muerte hace dos años de Rafael Agirre Franco –director durante tres décadas del desaparecido CAT, la entidad que organizaba La Concha, y escritor centrado en tradiciones y deportes vascos– le dejó sin su principal base de datos. El día de la entrevista el centro está colapsado, terminamos recorriéndolo a pie con paso enérgico mientras desde algún coche suena “Aupa Korta”. Tiene experiencia ante las cámaras y sí, sabe posar: primero con la camiseta de calle de estilo marinero y después con la verde de Kaiku. Durante la sesión fotográfica y de video exclama: «Menos mal que son todos extranjeros, sino ya estarían con las fotos del móvil».

¿Cuál es el secreto de su buena forma física?

Mi mujer, que me cuida bien y eso que la verdura me gusta poco. Hoy me he comido una bomba de crema, que rica; sólo una, he llegado a comer 21. Mi buena forma física solo es fachada. No creo que con 73 años haya alguien al que no le duela nada. A mí me duele todo. Si voy al médico tengo que decirle ‘búsqueme algo que no me duela’. Y los golpes que hemos recibido de críos y en la motora... Hace tiempo que no practico en el ergómetro. Antes era un juguete para mí, machacaba a los chavales. Ahora ando en invierno, paseando al perro y la escopeta. Mi pasión son las sordas, la caza y así en el monte hacemos kilómetros tres o cuatro días a la semana.

Cumple con la tradición de la vieja época, fue pescador antes que remero.

Nosotros hacíamos la vida en el agua. Empezamos en la escuela con 8 años y la dejamos con 12, vaya hostiones que nos metían con el cepillo de borrar. Con 14 años me fui a la mar, pero cuántas veces teníamos que ir a pescar lubinas con el padre, a coger quisquillas, cangrejos… Ahora en los ríos no queda nada, lo estamos contaminando todo. Antes, entre esa espuma que dejaban las papeleras, la ría de Orio estaba llena de angulas, almejas. Ahora, el agua está limpia pero vacía. Algo estamos haciendo mal.

¿Qué es para usted La Concha?

La regata más importante. Era la única fiesta que tenía de crío, la fiesta del año y venía con mis padres en la baca del autobús o andando. Más que las banderas que he ganado me interesa saber cuántos años he participado. Calculo que más de 45 y alguno menos que 50. Desde el año 70. Eso sí que tiene mérito. ¿Sabes lo que disfruta la gente por participar en la eliminatoria? Alguna vez no hubo porque éramos siete u ocho botes. Otras diez, y ahora un montón.

Únicamente el fallecido Batista Oliden, como usted del barrio oriotarra de Ortzaika, con 13, y Andrea Oubiña, que hoy podría ganar la décima, le superan en número de banderas como remero.

La diferencia es que ellos siempre iban dentro de la trainera y yo le he dejado el puesto a otros. Podrían haber sido más pero cuando pensaba que alguien iba hacer las cosas bien le cedía el sitio. He disfrutado casi más el día que he ido en la motora, o los últimos años con Kaiku con gente que no había remado nunca en La Concha. Te emocionas, cuando vas dentro parece que has ganado tú y de fuera parece que has hecho algo por los demás. Es raro, pero es así.

En el banco fijo es la persona más conocida.

No sé si es por los triunfos o por las broncas. La verdad es que si creo que tengo razón, alguna vez me he equivocado, no hay ejército en el mundo que me pare. Y luego te dicen que no son formas.

Posee un palmarés impresionante, participó en Mundiales en diferentes especialidades, en certámenes estatales, fue olímpico.

No sé cuantos Campeonatos de España tendré, igual 50: en banco móvil, el ocho, el cuatro, el doble scull, skiff... en fijo trainera, trainerilla, batel.

¿Su casa es un museo? Por ejemplo, ¿conserva el diploma de los Juegos Olímpicos de Moscú o las reproducciones de la Bandera de La Concha?

Cuando empecé a remar mi madre guardaba los recortes de los periódicos. Entonces solo te daban medalla si ganabas el Campeonato de España o el de Gipuzkoa y te ponían la corona de laurel. Y menos mal, porque tengo un baúl lleno que no lo puedo ni mover. Con lo que dan hoy en día, necesitaría un tráiler. En casa están en los cajones, hay placas y trofeos por las paredes, también de tiro al plato y ciclocross. Los cuida mi mujer, no sé como no los tira a la basura con el trabajo que le dan. Cuando no había móviles había menos fotos. Las tengo en álbumes, aunque las mejores se las han quedado los periodistas, que me las pedíais y no me las devolvíais.

¿Recuerda las banderas que le entregó Franco? Cuenta la leyenda que estaban aterrorizados.

Qué va. Eramos unos críos y sólo pensábamos en remar. Franco me entregó tres. Allí parecía normal. Una vez pasaron una bandeja y bebí Kas y el se bebió un vaso de vino de trago, le gustaba. Después gané tres copas del Generalísimo y un año después de que muriera, nos dieron el trofeo en propiedad. Era una mierda de Copa. Entonces no podías decir que eras vasco, en la escuela nos pegaban por hablar euskera.

Esta temporada ha vuelto a la liga ACT.

El año pasado yo no hice mucho trabajo, solo dar la última pincelada. Me llamaron para echar una mano al entrenador, el estaba quemado y decidió dejarlo. Tuvimos suerte porque estábamos justo catorce, y no se lesionó ningún remero. En el último minuto de penalti entramos al play-off y luego subimos en la última regata. Este año el objetivo de Kaiku era escaparnos de la cola y eso lo hemos conseguido. Hay que saber dónde estás. Creo que podemos mejorar, pero hay que acertar.

¿Es de los que piensa que si no aciertas te ponen en tu sitio?

Eso no me importa, las críticas me cargan las baterías. Lo que quiero es que los que estén conmigo confíen en mi. Si alguien no me puede ver, el problema es suyo. Para mi todo el mundo es perfecto mientras no se meta conmigo si no tiene razón. Nunca miento.

A veces los resultados no llegan porque el rival es mejor o tiene más recursos económicos.

Hay clubes que tienen mucho poder. En ACT todos son profesionales, algo están cobrando. Las chicas de fuera seguramente algo también.

¿Fue el primer profesional del remo?

Ha habido antes que yo, lo que pasa es que son dioses. Iñaki Sarasua estuvo años yendo a Castro, el difunto Trabuko, Altxerri… ¿Les pagaban?

Pero ha sido un término rechazado en el mundo del remo y muy bien acogido en otros deportes.

Yo le llamo profesional al que se cuida, entrena… pero también al que cobra. Pero toda la vida se ha cobrado, aunque sea el viaje, el alojamiento, dietas… Es más fácil decir que no se cobra. Es como lo de los canteranos, remeros propios. Antes sólo el Real Madrid y el Barcelona tenían extranjeros, ahora tienen todos. Si quieres ganar tienes que fichar gente de fuera.

No parece de los que tiran la toalla.

Cuando trabajo lo hago a tope, aunque sea intentando ganar para no ser últimos o penúltimos. Ganar un puesto. Si no tienes esa mentalidad, no haces nada. La vida es un deporte. Tienes que poner el listón alto. Todo lo mejor es difícil. Yo he tenido una tripulación llorando porque habían evitado el último puesto y luego han ganado La Concha. Con el equipo bueno ganar es fácil; influyen muchas cosas, pero lo primero es el dinero y luego ser un club grande. Con todos mis respetos a los clubes pequeños, no vas a comparar la historia que tiene Orio con otros. Es un pueblo que vive al máximo el remo, con todos mis respetos a Hondarribi, San Juan, San Pedro… Pedreña también es histórico. En Bizkaia les suelo decir que ellos tienen que ser del Athletic o/y de Kaiku. Cuando empecé a remar, Kaiku siempre estaba en la salida.

Por cierto, Kaiku celebra su Centenario en 2023.

Si quieren tener una buena tripulación tienen que buscar dinero. Cantera ya hay pero hace falta mármol. No se que intención tendrán. Yo ya dije que el próximo año cojo vacaciones en julio, agosto y setiembre. ¡Si tengo ya casi 80 años!

Tiene 73.

El año que viene 74, si es que estoy. Yo que sé. Ahora estamos cayendo muchos.

Ha dicho: «En verano andar en la motora es fácil, lo difícil es el trabajo de invierno. El frío, la lluvia, correr, pesas... Con buen tiempo das un paseo, unos gritos y llegas a casa afónico». ¿Ese es el método Korta?

Ahora es diferente. Antes era entrenar, entrenar y entrenar. Ahora por desgracia no tenemos invierno. Cuando era crío nevaba y luego helaba. El invierno es duro porque no tienes regatas. Yo tenía suerte porque en octubre me iba invitado a entrenar al extranjero: Bélgica, Francia, Alemania, aquello si era deporte. Ponía encima del R8 el skiff, que tenía ocho metros de largo y pesaba 14 kilos, y atravesaba Europa. Allí me cabreaba solo, si no andabas no le puedes echar la culpa al compañero. Mi método ha sido entrenar más que los demás y más fuerte, que es lo que se ha perdido hoy en día, se entrena la mitad.

Dicen que el descanso es tan importante como el esfuerzo en el deporte de élite. ¿Se controla todo?

Ahora descansan y cuatro meses antes de Semana Santa ya te están diciendo cuantos días tienen de vacaciones. Antes entrenábamos mañana y tarde. Se ha desmadrado completamente, el deportista tiene que hacer algo, aunque no machacar. Hoy en día los deportistas se cuidan más que los modelos. Sólo se les ve hueso y venas. Antes comías lo que te ponía la madre, con lo bueno que era meter el dedo en la nata de la leche. Todo de casa y ahora a los animales les dan un pienso que no sabemos de que está hecho. Vamos para atrás.

¿Qué tal se apaña en un mundo tan tecnológico que también ha llegado al remo?

Muy mal. El GPS debería de ser solo para la televisión, no para todos los delegados porque están continuamente dando información y eso beneficia a la última tanda. Y luego los pinganillos, los patrones están dirigidos de fuera y muchas veces lo hacemos mal porque vamos en la motora y no vemos nada. Los patrones ya no son patrones, son timoneles. Nosotros no deberíamos usarlo, pero ahora se puede hasta con el móvil. Todo manipulado, demasiada tecnología. Los semáforos no están mal pero no creo que las traineras sean más rápidas. ¿Quién decide estas cosas? Deberían de ser más ligeras, el buen material es importante pero no se utiliza.

No le gustan estos tiempos.

No vamos a mejor. Algunos hacen bien las cosas, pero hay otros chavales de juerga toda la noche, ¿que ganan con eso? Antes el que no tenía estudios, tenía trabajo; podía traer un sueldo a casa, ahora tienes que tener dos o tres carreras para ganar una porquería. Las grandes empresas y sus ganancias, y los políticos se meten en ellas. ¿Y quién paga sus sueldos? Los currantes. Todos los días asesinan a una mujer, a veces a sus hijos. ¡Llegar a matar! Algo no está funcionando. Hay gente que está más loca que yo, que no soy muy normal. Lo digo porque no me parezco a la mayoría, aunque habría que pensar quienes son los normales. Los que salimos del rebaño andamos perdidos.

De su primera época como entrenador a la última, ¿qué se puede mejorar en su deporte?

Ha cambiado demasiado, tenemos que buscar un poquito lo que se hacía antes. Hay muchos preparadores físicos que han estudiado, pero no tienen experiencia. Saben lo que hay que hacer para ser campeón olímpico o del mundo, pero de la guardería –cuando empiezan los chavales en las escuelas de remo– tienen que saltar a otros sitios, a la universidad. Cantera hay cantidad pero no se entrena como antes. Ahora los clubes son selecciones, se busca a los mejores.

La presencia de mujeres se va asentando en la trainera. ¿Cómo ve el remo femenino?

Bien, reman fenomenal. No tienen la fuerza bruta de los hombres porque nosotros somos más animales pero hay botes en los que las mujeres nos ganan en muchas cosas. Entre ellas, antes había mucha diferencia del primer bote a los demás, eso también nos pasaba a nosotros, pero ahora no solo andan bien las cuatro mejores traineras, algunos botes de chavalas da gusto verlos. Parece que el año que viene en la Liga ACT van a tener ocho traineras, ellas tienen que tener más oportunidades. Ahora están más igualadas.

¿Entrenaría a remeras?

¿Por qué no? No sé si tendré esa oportunidad. Pero me gustaría entrenar no a un equipo ganador, sino a uno más modesto. ¿Sabes qué bonito es llegar a un club así? Me llevaron a Castro por eso, Andrada, el difunto presidente, y mi hermano que también estaba por allí, me recordaron eso de ir a un club modesto y me fui. Dejé un Orio ganador y mi puesto de funcionario en el Ayuntamiento en el que estaba muy bien después de pasarme trabajando a tope en una trainera que no estaba donde debía. Orio siempre tiene que estar en la tanda buena; Orio es Orio, la camiseta no va a cambiar y Orio tampoco. Los aguiluchos... una vez nos llamaron oriorratas; fue en 1970, Antolín García, retransmitiendo para la TVE, claro no sabía euskera. Ganamos la bandera y todos contentos.

¿Qué le interesa a Korta además del remo?

La salud y que todo el mundo viva bien porque yo no quiero vivir peor. Si tenemos políticos inteligentes en Euskadi no debería de haber ninguna familia que lo pasara mal. Trabajo, sueldo y diversión desde las seis de la mañana hasta las doce de la noche o, ¿es que se disfruta más a las cinco de la tarde que a las cinco de la madrugada? Lo puedo discutir con cualquiera. Y no dejar resbalar a la juventud. Cuando estaba en Patagonia – en el reality ‘El Conquistador del fin del mundo’– había quién decía ‘yo para hacer esto tengo que mamarme’?.

Ya que lo menciona: ¿Qué le ha dado más popularidad el remo o el Conquis?

Con las mujeres de mi edad el Conquis, cuando me ven tengo que sacarme la foto. Me dicen: ‘Ya no lo vemos porque no estáis Juanito (Oiarzabal) ni tú’. A nosotros nos llevaban para sacar ruido. Ahora van atletas y tanto ellos como ellas van muy preparados pero no son supervivientes. Aunque los mosquitos...

Su segundo apellido es Elizondo, ¿está realmente junto a la Iglesia? ¿Supersticioso o creyente?

Mira cuantas vírgenes hay aquí –se saca del cuello los escapularios–: la Virgen Negra, la del Carmen, la de México… Me las mandan de muchos sitios, y eso que he regalado unas cuantas a los remeros. Hay más vírgenes en la trainera de Kaiku que en el Vaticano.

En algo tienes que creer, aunque ahora no voy a Misa. La primera vez que fui a Roma, me llevé un desengaño en el Vaticano. Con todo el poder y el dinero que hay allí cuantas vidas se podían salvar. Obispos, cardenales..., ¿qué hacen allí?, Otra cosa son lo que están en la selva o en países pobres ayudando. Y luego están los abusos. Somos perfectos cuando nuestra madre nos trae al mundo, no hay un invento mejor, pero si sales bandido, sales bandido.

Va de frente, enérgico, seguro, auténtico…

Tienes que ser más politiquillo, como una serpiente, no sacar ruido, hablar bajito. Pero yo soy la parte de atrás, la del cascabel, la que no hace nada, sólo ruido, la de adelante hace chak y al agujero. ‘Perro mordedor poco ladrador’. Con toda la fama que tengo yo, no me he pegado nunca con nadie, bueno alguna vez en la escuela.

¿José Luis Korta no aspira a jubilarse?

Ya estoy jubilado pero no paro de trabajar.