
Greenpeace ha celebrado que el Consejo de Seguridad Nuclear español haya dado el paso casi definitivo hacia el cierre de la central nuclear de Garoña, pidiendo a Nuclenor los documentos para la declaración del cese definitivo de la actividad.
Según la organización ecologista «Garoña es un símbolo del fracaso de la energía nuclear, y debe representar el comienzo de la transformación del modelo energético hacia uno eficiente, inteligente y 100 por cien renovable». Greenpeace cree que el caso de Garoña ha demostrado que «la energía nuclear es inviable económicamente si no cuenta con un gran apoyo económico del Gobierno».
En nombre de Greenpeace su director ejecutivo en el Estado español, Mario Rodríguez Vargas, ha querido compartir «la satisfacción por el cierre de Garoña con todas las personas que han colaborado en esta campaña durante todos estos años».

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